Año 1985. Ciudad de Dallas, Texas. El electricista y vaquero Ron Woodroof (interpretado por Matthew McConaughey) dedica gran parte de su tiempo a tomar alcohol, consumir cocaína y tener sexo sin compromiso. Su círculo íntimo está conformado por sujetos que llevan el mismo estilo de vida. Todos son homofóbicos y despectivos con las mujeres.
Pero lo anterior cambia cuando, tras sufrir un accidente con un generador eléctrico, Ron es hospitalizado y tras ser sometido a exámenes de sangre un médico le dice que le quedan sólo 30 días de vida porque es portador de VIH. Obviamente su reacción es de incredulidad. "Eso es cosa de maricas", dice, seguro de que el Sida sólo se contagia entre homosexuales promiscuos. No obstante, a los pocos días se da cuenta que realmente padece la enfermedad, porque solía tener sexo sin uso de preservativos.
Desesperado ante los síntomas, Ron recurre a la doctora Eve Saks (Jennifer Garner), pero ella le dice que no hay manera de ayudarlo, pues el medicamento para tratar la enfermedad, el AZT, está aún en proceso de pruebas y sólo acceden a él quienes son parte del estudio de la compañía farmacéutica. Tras esto, él decide adquirir la droga por sus propios medios, pero los resultados no son positivos y termina consumiendo otros remedios alternativos para paliar el daño que le provocó el AZT. Sorprendentemente los resultados son positivos, por lo que decide facilitar ese tratamiento a otros portadores de VIH a través de un club que cobra sólo 400 dólares mensuales a sus socios, con ayuda de un transexual que se convirtió en su amigo, Rayon (Jared Leto). Por ese monto los enfermos tienen acceso a todo lo que necesiten. Es el Dallas Buyers Club.
La película del director Jean-Marc Vallée (The Young Victoria) está basada en la verdadera historia de Ron Woodroof, quien en la década de los ochenta se enfrentó a las autoridades de Estados Unidos para lograr que los enfermos de Sida tuvieran acceso a tratamientos no reconocidos por la Administración de Alimentos y Medicamentos. Esta producción se destacó como una de las mejores cintas de 2013 por la inmejorable actuación de Matthew McConaughey en el rol principal.
