Desfile
Hippie en Tunquén
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La
misión era difícil. Las olas no dejaban de llegar amenazantes
hasta la orilla y el único camino posible para llegar hasta mi
destino era atravesar justo en el momento que retrocedían para
no mojarme. Claro que debía hacerlo junto a otro grupo de personas,
lo que dificultaba aún más la tarea y, obviamente, terminé
con un pie completamente mojado.
El percance se me olvidó rápido. Primero porque estaba
en un lugar que no ameritaba amargarse por un contratiempo como ese:
la playa de Tunquén.
El lugar es de difícil acceso, se llega a través de un
camino de tierra lleno de curvas o bajando un cerro si uno viene a pie.
Pero los valientes que se den el trabajo de completar la travesía,
pueden disfrutar de una tranquila playa de arenas blancas, el lugar
ideal para escapar del estrés y el ruido de las grandes ciudades.
La
segunda razón para dejar en el olvido mi intrascendental accidente
fue el motivo que me había llevado a este idílico paisaje:
las grabaciones de Hippie, la nueva teleserie de Canal 13.
Para comodidad de las personas que visitan este balneario, el equipo
del director Cristián Galaz se instaló en una de las puntas
del balneario, donde no interrumpen la tranquilidad del lugar. Tampoco
llegaron con un gran despliegue de equipos, dos o tres trailers y un
par de camionetas forman la comitiva del canal católico.
Los personajes de la historia escrita por Coca Gómez tampoco
son todos hippies, por lo tanto, el número de personas que trabaja
en Tunquén no es tan grande. Si no fuera por los logos del canal,
de la teleserie o de Machos (los Mercader no podían estar ausentes),
uno podría pensar que son una gran familia de vacaciones.
Una fachada que se vio alterada con la llegada de los mejores amigos
de los rostros televisivos: los periodistas, que engrosaron el número
de espectadores curiosos que ya se han hecho habituales en el entorno
a la producción dramática de Canal 13.
Bienvenida
Hippie
La
escena que grababa Pancho, el personaje de Diego Muñoz, sirvió
como rito de bienvenida. Después de una profunda reflexión
él le comunicaba a sus tres compadres (los personajes de Jorge
Zabaleta, Pablo Díaz y Gonzalo Valenzuela) que había tomado
la decisión de incorporarse a "La Comunidad del Ostión",
el grupo de hippies que da vida a la historia, encabezada por Mama Chela
(Teresita Reyes), que lo felicita y le da la bienvenida.
Una
vez que el director dio por aprobada la escena, luego de revisarla con
sus asesores cercanos, los actores quedaron en manos de los periodistas
para comenzar las rondas de preguntas,
que se transformó en un desordenado desfile de actores que eran
abordados por los periodistas, de acuerdo al orden que establecía
el principio básico de "¿Quien está desocupado?".
Las
damas primero
Como
una clara muestra del libre albedrío y el relajo que imperaba
en el equipo de Canal 13, mientras un grupo de periodistas estaba en
la playa viendo las dos escenas que se grabaron en el día, a
la de Muñoz se sumó una de Gonzalo Valenzuela y Sigrid
Alegría. En otro sector, las bellas acompañantes de los
melenudos ya eran interrogadas.
La
primera en someterse al escrutinio periodístico fue, precisamente,
Sigrid Alegría. La ex actriz de TVN, respondió pacientemente
a las preguntas sobre su personaje, a las diferencias con Macho, a la
competencia que tendrán con los cuatreros de TVN y, obviamente,
a las diferencias que había entre su trabajo anterior en el canal
estatal y su llegada al equipo encabezado por Verónica Saquel.
La bella pelirroja, ese es su color natural de pelo,fue una de las conversó
más tiempo con la prensa.
Pero
la atención sobre Sígrid se vio repentinamente eclipsada
por la presencia en la pasarela (que en estricto rigor era un sector
de la playa ubicado frente a los trailers que acompañan las grabaciones
del equipo liderado por Cristián Galaz) de María Elena
Swett, una de las personas que capitalizó mejor el éxito
de "Machos".
Con
un nuevo look, moreno, que dejó en el olvido a la rubia y cándida
Fernanda, su personaje en la saga Mercader, la actriz despliega su mejor
sonrisa y sus miradas más inocentes para responder o practicar
sus mejores fintas cuando no quiere responder o el sentido común
le indica que no puede seguir revelando más detalles de la historia
o los personajes (ella será Magdalena en Hippie).
La crema lo arregla todo
Pero
la sonrisa de la Swett no es suficiente para retener la atención
de los lentes y las grabadoras cuando Antonella Ríos hace su
aparición. De manera casi inocente, la mujer que despertó
las fantasías más ocultas de los hombres chilenos al aparecer
cubierta sólo con un sensual bikini de crema en la película
"Los Debutantes", ella se está iniciando en el camino
de ser estrella de TV, pero aún así fue, sin competencia,
la más fotografiada de la jornada.
Los
reporteros gráficos no ahorraron espacio en sus cámaras
digitales para lograr sus mejores ángulos y captar su radiante
sonrisa y ella, con la paciencia que entrega ser un "pajarito nuevo"
en el negocio, accedió a cada petición, incluso se dio
el tiempo de jugar con Sigrid Alegría, imitando a "Los Ángeles
de Charlie", y correr cuando sus nuevos admiradores se percataron
de que no estaba en la foto oficial de la visita y pidieron a gritos
su presencia.
Retorno
fashion
Dejando
caer sensualmente uno de los tirantes de su polera, la actriz Francisca
Merino se presentó ante lo fotógrafos. A ella las los
destellos del flash no la incomodan, en realidad parece que tuvieran
un especial encanto para ella, que sin esperar instrucciones comenzó
a posar imitando los gestos y actitudes de una modelo profesional.
Pese
a todas las muestras de rechazo que ha dado, a través de la prensa,
al estilo de vida sobre expuesto de los rostros de la televisión
en Chile, la realidad parece indicar, o por lo menos lo visto ayer,
que en realidad el juego de la fama le atrae e incluso se da tiempo
para acercarse a saludar y conversar con los periodistas, los mismos
que según ella después le inventan cosas.
Sonrisa Eterna
Teresita
Reyes no cambia. La actriz siempre está sonriendo y no para de
bromear durante las grabaciones, incluso tuvo la glamorosa idea de posar
con un pescado para los reporteros gráficos, y no tuvo en problemas
para sentarse a conversar, como un veranenate más, en la arena.
Su papel en la teleserie, por lo que se vio en las grabaciones, refleja
esa actitud, ella interpreta a la mamá buena onda que se transforma
e hippie y recibe a este grupo de niños en busca de su destino.
Machos
sigue presente
El
fantasma del clan Mercader se puede sentir a metros de distancia en
Tunquén, gracias a dos fotos gigantes que adornan dos camiones
que acompaña al equipo de Canal 13.
La
fotografía de Hippies también ayuda a esa sensación
porque cuatro de los machos de Don Ángel se convirtieron en los
chascones motoristas que dan vida a los personajes principales de la
teleserie.
Ellos
saben que serán los más requeridos por la prensa y no
la evitan. Pero la relación que cada uno tiene con la prensa
es bastante distinta.
Pablo
Díaz asegura que se preocupa de leer los diarios y no pierde
la oportunidad de criticar a ciertos medios, que según él
han publicado grandes mentiras sobre colegas suyas. Pero aún
así se da tiempo para conversar en forma reposada con los periodistas...
hasta que le anuncian que la comida está lista y parte corriendo,
dandole un abrupto final a la conversación.
Los
más uraños con los medios fueron Diego Muñoz y
Gonzalo Valenzuela. Ambos cumplen sagradamente con el trámite,
pero se nota que la actividad se las impusieron y no les llama mayormente
la atención. Sí son diligentes para firmar autógrafos
a sus seguidoras, que se han instalado temprano en el lugar de las grabaciones
para intentar quedarse con un recuerdo de ellos y, en el mejor de los
caso, alguna foto.
El
relacionador público del grupo parece ser Jorge Zabaleta. Con
la misma chaqueta verde que aparece en las imágenes promocionales
que adornan la capital, el actor se dio tiempo para conversar en forma
extensa con los medios.
Las
luces se apagan
Luego
de más de dos horas deambulando por la playa siguiendo a los
famosos, buscando alguna declaración o sacando fotos, comienza
a surgir un suave e inconfundible aroma: el de carne asada. En una situación
normal eso habría sido una buena señal, pero en el caso
de este desordenado desfile de estrellas era un claro indicio de que
las bocas de los entrevistados comenzarían a ocuparse de nuevas
tareas, olvidándose de los micrófonos.
¿Un
almuerzo de camaradería?. Ni hablar, los choferes ya se habían
subido a los buses y a buen entendedor, pocas palabras.
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