Un recorrido de 460 kilómetros hacia Pichilemu fue el escenario propuesto por Porsche para descubrir el manejo de los nuevos 718 Boxster y Boxster S.
Ambos modelos son biplazas que destacan por tener una buena performance entre ahorro de combustible, que en promedio llega a los 14,5 kilómetros por litro, y potencia.
Esta armonía se logró mediante la incorporación de nuevos motores turbo de cuatro cilindros a estas dos versiones.
Por un lado, el 718 Boxster cuenta con un motor 2,0 turbo de cuatro cilindros que desarrolla 300 CV de potencia, además de un par motor de 380 Nm entre 1.950 y 4.500 rpm; es decir, 100 Nm más que la versión anterior del modelo.
Por su lado, el Boxster S logra 350 CV de potencia, además de 420 Nm de torque entre 1.900 y 4.500 vueltas, correspondiente a 60 Nm más que la generación anterior. Ambos modelos probados contaban con una caja de doble embrague PDK.
En su exterior el modelo fue totalmente rediseñado. Su apariencia es más ancha y musculosa, con nuevas tomas de aire delanteras, además de unas tomas de aire laterales prominentes y un rediseño de las puertas. Un aspecto muy llamativo en este modelo es que nos encontramos con llantas de 20 pulgadas.
En su parte trasera, el diseño cambió completamente, al adoptar una apariencia bastante más ancha, lo que se nota de sobremanera en la franja que tiene el logotipo integrado de la marca. Además las ópticas posteriores fueron rediseñadas completamente.
Quizás lo más interesante en la prueba fue su inicio. Comenzó con el modelo más deportivo, el 718 Boxster S. Al encenderlo nos encontramos con un sonido de motor ronco, que se siente por detrás de los asientos y hacia el escape.
Nunca está de más decir que el modelo es capaz de lograr una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,2 segundos y una velocidad máxima de 285 km/h.
Sin embargo, lo que más resalta a la hora de manejar el modelo es su simpleza.
En su interior nos topamos con el paquete Sport Chrono, que incluye una pequeña rueda selectora ubicada en el volante que permite tres modos de manejo (Normal, Sport y Sport+), además de un modo individual.
El manejo en el modo normal ya es bastante deportivo, sin embargo al poner el modo Sport, las revoluciones se elevan un poco y el auto comienza a soltarse para alcanzar un manejo más extremo.
Con la inclusión del PASM (Porsche Active Suspension Management), se logra una reducción de 20 mm de altura sobre el suelo, lo que mejora la aerodinámica.
Al presionar el modo Sport+, el vehículo se transforma completamente. La deportividad se libera y el Boxster S alcanza su máximo desempeño elevando las revoluciones casi al tope (y manteniéndolas).
Además, el andar se vuelve más rudo gracias al endurecimiento de la suspensión y del volante. El resultado: una marcha de carrera, pero logrado en un auto de calle.
En el viaje de regreso manejamos la versión normal del 718 Boxster.
El modelo es un poco más elevado y posee llantas de 19”; sin embargo, la experiencia de manejo cambia mínimamente.
Si bien no se logra la sensación de un modelo 100% de carrera, nos encontramos con la versatilidad de un auto con espíritu de Fórmula 1, pero adaptado a un manejo más citadino.
Esto, hasta que se presiona el modo Sport y sube el spoiler trasero. Ya ahí, el modelo es capaz de una aceleración de 0 a 100 en 4,7 segundos además de una velocidad máxima de 275 km/h, logrando una similitud leve con su hermano mayor “S”.
Como conclusión de esta prueba de manejo, podemos decir que los Porsche 718 Boxster y Boxster S son modelos que efectivamente han sido completamente renovados, pero que intrínsecamente mantienen el andar propio de cualquier vehículo de carrera.