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Santiago: Sábado 31 de agosto del 2024 | Actualizado 19:09
El proceso de ahorro de combustible durante la conducción parte antes de encender el vehículo eliminando ciertas prácticas que suelen ser habituales, especialmente en la población adulta, como por ejemplo el apretar el acelerador al momento de arrancar el motor o dejar el auto en neutro y con el motor encendido para que “caliente”. Actualmente los vehículos tienen motores modernos que no requieren ser forzados durante el arranque y hacerlo lo único que genera es un mayor gasto de combustible. Tampoco es necesario “calentar” el auto antes de iniciar un recorrido, tal como ocurría hace algunas décadas. En la actualidad los nuevos motores a gasolina pueden iniciar la marcha inmediatamente después de ser arrancados y en los autos diesel se recomienda mantener el motor encendido algunos segundos antes de comenzar a moverse.
Usa la primera marcha solo para comenzar a desplazar el vehículo y cambia a segunda luego de haber cubierto 6 metros de distancia o 2 segundos de tiempo luego de haber pasado primera. Lo ideal es comenzar a conducir lentamente (no superar los 20 km/h en los primeros segundos). Hacerlo puede significar un ahorro de un 11% de combustible al final del mes. Cuanto más rápido circules en tu auto más combustible consumirás, esta premisa parece más que obvio pero un estudio presentado en España demostró que en promedio quien anda a 140 km/h en su auto consume un 30% más de combustible que quien lo hace a 120 km/h.
No solo conducir más lento permite ahorrar combustible, ya que también se puede conseguir ese objetivo teniendo una conducción más suave. Acelerar repentinamente incrementando las revoluciones del motor implica enormes gastos de combustible, así como también ayuda a que otros componentes del vehículo se deterioren más rápidamente como los frenos. El consejo no es conducir de forma aletargada, sino más bien acomodar el manejo para lograr aceleraciones más graduales y anticipándose a las condiciones del tráfico y el entorno a fin de sacarle el mejor partido.
Tal como lo señalan en distintos sitios especializados de motor, la anticipación lo es todo en la conducción eficiente. Esto quiere decir que el conductor debe ir atento a las condiciones del tráfico y reaccionar eficientemente si lo que desea es ahorrar combustible. Si un semáforo se ha puesto en amarillo y aún restan 200 metros para llegar al cruce no acelere el auto para tener que frenar con fuerza en la esquina. Sea inteligente en la toma de decisiones y use el freno motor en ese tipo de situaciones para desacelerar y así evitará tener que frenar a alta velocidad. Si sueltas el acelerador a una distancia prudente de un semáforo en rojo o un disco pare se detiene inmediatamente el suministro de combustible, con lo que el rendimiento de éste aumenta en un 2 %, de ahí que siempre es recomendable manejar a una distancia razonable del vehículo que le antecede y procurar un campo visual que te permita ver a los dos o tres vehículos que están por delante.
Este tipo de neumáticos se hicieron conocidos en la última década y fueron diseñados y construidos para ser más eficientes y hacer gastar menos energía al vehículo reduciendo la fricción que la rueda genera con el asfalto. A menos fricción se necesita menos energía para desplazar el vehículo. Anteriormente un neumático era responsable de un 20% en el gasto de combustible debido a su alta resistencia a la rodadura, cifra que ha ido disminuyendo gracias el desarrollo de mejores neumáticos de baja resistencia.
De nada servirá tener un auto equipado con los mejores neumáticos del mundo si no se controla habitualmente la presión de estos. Neumáticos con baja presión aumentan el consumo de combustibles y, de paso, se desgastan de forma irregular a través del tiempo. Lo ideal es siempre tener estos elementos con la presión indicada de fábrica o unos puntos por sobre esa cifra.
Muchos no retiran de sus vehículos los portaequipajes que van instalados sobre el techo y otros usan su auto como una extensión de su bodega guardando una infinidad de cosas. En el primer caso el portaequipajes y hasta las barras de sujeción lo único que hacen es aumentar la resistencia del vehículo incrementando, por consiguiente, su consumo de combustible. En tanto, quienes usan su auto como una extensión de su casa, deben saber que cualquier peso extra, que pueden llegar a ser varios kilos, aumenta el gasto de gasolina o diesel, de ahí la recomendación de “quitarle peso” sacando todo lo que no sea estrictamente necesario.
Este componente del auto es fundamental cuando se trata del consumo de combustible, ya que es el encargado de hacer que el aire que entra en al motor esté limpio y así se genere el proceso de combustión. Con cada kilómetros que se recorre este filtro se bloquea por lo que normalmente se recomienda cambiar cada 30 mil kilómetros. Un filtro limpio ayuda a que el motor “respire” con más libertad, reduciendo el consumo de combustible y aumentando su empuje.
El filtro de aire no es el único componente del vehículo que se debe tener en cuenta en caso de querer ahorrar combustible. El estado de las bujías, la condición de otros filtros y líquidos también deben estar en el checklist del buen conductor. Solo si la salud de tu motor es óptima se logrará que este ofrezca los mejores consumos y prestaciones. El uso del aire acondicionado también es otro factor ya que esta estudiado que dependiendo de su uso este puede aumentar el consumo de combustible entre un 5% y un 20%. De ahí que los especialistas recomiendan usarlo solo al inicio y al final de un trayecto, intentando en lo posible no abusar de este.
Finalmente la planificación puede ser una buena aliada a la ahora de querer ahorrar en combustible, ya que una buena elección de las rutas a tomar, así como también de los horarios en qué salir, pueden hacer una gran diferencia al momento de reducir los traslados.
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