Para nadie es desconocido que Estados Unidos es uno de los países donde más tornados se registran cada año y, por consiguiente, donde más registros y estudios se han realizado de este fenómeno, a fin de poder predecirlos y emitir en el momento oportuno las alertas de seguridad. Para poder analizar a fondo estos fenómenos algunos científicos y aventureros crearon impresionantes vehículos acorazados, siendo los más conocidos los llamados TIV.
Su nombre es el acrónimo de "Tornado Intercept Vehicle" y fue creación de Sean Casey, director y cazador de tormentas que se puso como misión filmar un tornado desde el interior y, lo que es aún más importante, vivir para contarlo.
Estos coches se caracterizan por ser lo suficientemente fuertes para no solo soportar las impresionantes ráfagas de vientos que generan estos fenómenos naturales, sino también los escombros que estas corrientes lanzan al aire como verdaderos proyectiles.
Los TIV son, esencialmente, vehículos acorazados con pesadas placas de acero soldadas alrededor de toda la carrocería y sus ventanas son cambiadas por planchas de policarbonato de unos 4 o más centímetros de grosor.
El primer modelo, llamado TIV-1, fue hecho sobre la base de un Ford F-450. Más tarde se trabajó sobre un Dodge Ram 3500, siendo bautizado como TIV-2.
El peso es importante cuando se va a interceptar un tornado, ya que cuanto más pesado sea, más seguro será. Así, el TIV-2 superaba con creces las siete toneladas.
Eso exigió el uso de un motor de gran potencia, en este caso diésel, que además ofrecía una gran autonomía gracias a un depósito que en su última versión acogía un volumen máximo de 360 litros de combustible, suficiente para recorrer más de 1.200 kilómetros sin parar a repostar.
El vehículo también era capaz de superar los 160 km/h, mejorando significativamente respecto a TIV-1 en su agilidad en terrenos complicados.
Los mayores cambios que se realizaron con la introducción del segundo cazador de tormentas, el TIV-2, fueron aquellos enfocados a mejorar su capacidad todoterreno. Para eso el vehículo subió en altura, algo que afectaba su seguridad, por lo que se incluyó un sistema de suspensiones hidráulicas que le permitía bajar junto a un sistema de placas metálicas que actuaban como faldón.
Además se sumó barras que anclaban el coche al suelo para ofrecer mayor sujeción al vehículo en el momento en que un tornado pasara por encima de él.
En la actualidad existen otros modelos muchos más modernos y con más equipos que los dos mencionados que pese a todo ingresaron a la historia por ser los primeros acorazados para estos fines.