Considerado como el padre del Volkswagen de la era moderna, el recientemente fallecido Ferdinand Piëch marcó una época importante dentro la industria automotriz por su labor de modernización y expansión que llevó al gigante alemán a convertirse en uno de los grupos más grandes a nivel mundial.
Al frente de Volkswagen, Piëch impulsó la internacionalización del consorcio al integrar marcas como Bentley, Lamborghini, Bugatti y de vehículos industriales como Scania y MAN.
A principios de la década de los 90, el nieto de Ferdinand Porsche también colaboró para salvar a Volkswagen de una profunda crisis económica produciendo mejores vehículos y sin realizar grandes recortes de personal, lo que le permitió tener buenas relaciones con los sindicatos y accionistas.
Sin embargo, esos no fueron los únicos hitos que marcaron la vida de Piëch dentro de la industria automotriz, ya que también fue impulsor de icónicos modelos.
En ese sentido es considerado como el padre del Porsche 917, uno de los autos de carreras más exitosos de la historia y con el que la marca alemana logró importantes victorias en las 24 Horas de Le Mans.
Cuenta la historia que el mismo Ferdinand Piëch mostró 25 modelos 917 a los inspectores de la Commission Sportive Internationale (en aquella época la rama independiente de competición de la FIA) que fueron fabricados para competir.
Otra de las grandes apuestas del fallecido líder automotriz fue construir el auto más rápido del mundo. Para eso se inclinó por la marca Bugatti, que justamente se integró al grupo Volkswagen bajo su gestión.
Después de años de trabajo, Piëch logró impulsar el Veyron, hiperauto que gracias a sus 16 cilindros en W y su potencia de 1.000 caballos logró superar la increíble velocidad de 400 kilómetros por hora.
Como si fuera poco, el nieto de Porsche también encargó construir un vehículo eficiente y fue así que durante su gestión también se presentó un innovador Volkswagen XL1 que tenía como objetivo ser lo más eficiente posible y recorrer 100 kilómetros con solo un litro de combustible.
Fue así como se fabricó un modelo híbrido con un consumo homologado NEDC (Nuevo Ciclo de Conducción Europeo) de 0.9 l/100 km con emisiones de 21 g/km de CO2, autonomía sólo eléctrica de 50 km y una autonomía total de 499 km.
Audi, marca de los cuatro anillos, también tuvo una fuerte influencia de Ferdinand Piëch especialmente con el modelo Quattro, que en su momento se convirtió en uno de los más importantes en el mundo de los rallyes y de paso sirvió para introducir la tracción integral a los vehículos de calle.
El coche fue presentado oficialmente en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1980 con un aspecto basado en el Audi 80. Aunque fue exhibido como un vehículo de calle, fue pensado para competir en las duras carreras de rally.
Esa misma marca alemana vio de cerca cómo el “rey de la industria” también tuvo fuerte influencia en el conocido Audi R8, uno de los deportivos más exitosos de la empresa hasta la actualidad.
Si bien fue responsable directo de la creación de varios modelos exitosos, Ferdinand Piëch también protagonizó algunos fracasos como el Volkswagen Phaeton, auto con el que buscaba competir con las grandes marcas de lujo pero con el que finalmente no pudo ganar la batalla.