El gigante japonés de la industria automotriz Toyota decidió finalmente cerrar su planta en Rusia como resultado de las sanciones impuestas a ese país tras su intervención militar en Ucrania, la que ya se extiende por más de seis meses.
La noticia fue confirmada por el Ministerio de Industria y Comercio de Rusia mediante un comunicado oficial. La planta de Toyota, ubicada en San Petersburgo, suspendió sus operaciones en marzo pasado debido a constantes problemas en su cadena de suministros, deteniendo además la importación de vehículos a Rusia.
Se indicó que junto con confirmar el cierre de la planta, Toyota garantizó el cumplimiento de todas las obligaciones sociales con su planta de trabajadores, quienes además serán indemnizados, según dijo el ministerio.
La marca nipona también mantendrá el servicio de posventa de los automóviles Toyota y Lexus, así como su red de concesionarios.
La fábrica de Toyota en San Petersburgo tiene una capacidad de producción de 100 mil unidades al año y hasta antes de la guerra producía modelos Camry y RAV4.
Respecto del futuro de las instalaciones, se indicó que el grupo nipón la conservará y no descartó que podría venderse en el futuro, dijeron fuentes al periodico Kommersant.
El ministerio y las autoridades regionales están trabajando en posibles escenarios para desarrollar el sitio, indicó el ministerio. En tanto, Toyota no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Muchas fábricas en Rusia han suspendido la producción y han dado de baja a los trabajadores debido a la escasez de equipos de alta tecnología y al éxodo de los fabricantes occidentales después de que Moscú invadió Ucrania el 24 de febrero pasado.