El gigante de la industria automotriz Volkswagen insistió que la crisis generada por la escasez mundial de semiconductores se extenderá hasta 2024 y que las interrupciones en la cadena de suministros vividas los últimos dos años marcan lo que será la “nueva normalidad” del sector en un futuro cercano.
Así lo planteó nuevamente el jefe de adquisiciones del grupo, Murat Aksel, durante una entrevista al medio alemán Automobilwoche, oportunidad donde dijo que las preocupaciones geopolíticas ha generado nuevos y desafiantes escenarios.
“Con los nuevos problemas geopolíticos, en todo caso, se volverá aún más complejo y desafiante (...) Las inversiones para nueva capacidad ahora están en camino, pero probablemente todavía habrá un déficit estructural en semiconductores hasta 2023 inclusive", dijo el ejecutivo.
En febrero, recuerda un artículo del sitio Carscoops.com, Aksel había dicho a los medios que la escasez de chips podría resolverse por sí sola este año, pero su perspectiva claramente ha cambiado.
Volkswagen, al igual que todos los grandes fabricantes de la industria, ha hecho lo posible por minimizar el impacto de esta crisis. En esa línea, a inicios de año debió disponer una reducción en la producción de su planta de Wolfsburg.
Además desarrolló un innovador sistema de alerta temprana pensado para disparar detectar oportunamente eventuales problemas por escasez de suministro, además de identificar 150 alternativas técnicas para reducir el uso de semiconductores, según publica Fortune.
Paralelamente, el gigante alemán ha buscado mecanismos para reducir su actual dependencia de los productores de chips surcoreanos. Para eso su división de software Cariad firmó una alianza con el proveedor europeo de semiconductores STMicroelectronics y TSMC de Taiwán con el objetivo de crear un suministro más estable de estas piezas.
Tan solo en lo que va del año se estima que solo por la falta de chips la industria automotriz ha dejado de producir y comercializar unos 3,23 millones de vehículos y no son pocos los fabricantes que a la fecha aún tienen miles de ejemplares estacionados y a medio terminar a la espera de los chips.
América del Norte y Europa se han visto particularmente afectadas con una disminución de la producción de 1.147.000 unidades en América del Norte y 1.089.000 en el Viejo Continente. Los analistas esperan que 2022 termine con una baja de 4.071.200 vehículos.