Los vehículos de las marcas Hyundai y Kía han sido blanco de una verdadera ola de robos en Estados Unidos luego que se viralizó por redes sociales lo sencillo que resulta vulnerar sus sistemas de seguridad. La situación llegó a tal punto que algunos estados iniciaron acciones en contra de los fabricantes automotrices, demandando una solución al problema.
Ahora, el fiscal general del estado de California, junto a otros 17 demandantes, pidió a la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras que disponga el retiro del mercado (llame a revisión) millones de vehículos de las marcas surcoreanas por no respetar el estándar mínimo de seguridad que los demás vehículos presentes en el mercado.
Los ejemplares Hyundai y Kia, indican reportes policiales y estatales de Estados Unidos, representan una gran parte de los autos robados en varias ciudades del país, ya que a diferencia de vehículos de otras marcas no cuentan con dispositivos antirrobo como los inmovilizadores electrónicos.
"El hecho de que Kia y Hyundai no instalaran en sus vehículos características de seguridad estándar (...) Ha puesto en riesgo a los propietarios de los vehículos y al público", dijo en un comunicado el fiscal general de California, Rob Bonta.
Un informe desarrollado por una división del Instituto de Seguros para la Seguridad en las Carreteras de Estados Unidos determinó que las denuncias por robo de ejemplares fabricados entre 2015 y 2019 aumentaron casi el doble en el caso de esas dos marcas en comparación con las demás existentes en el mercado.
Bonta dijo que la actitud de los fabricantes es inaceptable, especialmente si se considera que los mismos modelos llegaron a los mercados de Canadá y Europa con todos los sistemas de seguridad que fueron negados para los consumidores estadounidenses.
“En lugar de asumir la responsabilidad con la acción correctiva adecuada, estos fabricantes de automóviles han optado por pasar este riesgo a los consumidores y nuestras comunidades”, dijo Bonta.
