General Motors y Stellantis anunciaron una serie de despidos temporales como respuesta a los perjuicios que está causando la huelga que lleva adelante en Estados Unidos el sindicato United Auto Workers (UAW) en el marco de las negociaciones para definir un nuevo convenio colectivo para el sector.
La movilización se inició el 15 de septiembre pasado luego que la poderosa organización sindical, que congrega a unos 150 mil trabajadores del sector automotriz estadounidense, no logró llegar a buen puerto en las negociaciones que se llevan adelante desde hace meses con los llamados “Tres Grandes” de Detroit (GM, Ford y Stellantis).
Ante ese escenario, la UAW dispuso el viernes pasado la paralización de tres fábricas -pertenecientes a GM, Ford y Stellantis- y advirtió que este viernes se sumarán otras instalaciones en caso de no existir avances significativos en las negociaciones con las empresas.
La respuesta de General Motors fue el despido temporal de unos 2.000 trabajadores de una planta armadora de Kansas, la que opera con piezas provenientes de una de las tres fábricas que iniciaron la huelga a finales de la semana pasada.
GM informó que todos los operarios de esa planta fueron desvinculados, ya que “no hay trabajo disponible” y adelantó que la producción recién se reanudará una vez que concluya la movilización de la UAW.
La compañía añadió que estos despidos demuestran “que nadie gana en una huelga”.
Por su parte, el Grupo Stellantis -que fabrica los vehículos Jeep, Chrysler y Dodge- anunció que tiene previsto despedir a más de 300 trabajadores en Ohio e Indiana debido a “restricciones de almacenamiento” causadas también por la huelga de UAW en la armadora en Toledo, Ohio.
Medida de presión
Consultado sobre el anuncio de los fabricantes, un portavoz de la UAW se limitó a recordar las palabras del presidente del sindicato, Shawn Fain, quien el pasado fin de semana dijo que los despidos eran innecesarios y los calificó como un intento de presionar a los trabajadores para que acepten menos en las negociaciones contractuales.
De esta manera, los despidos anunciados por GM y Stellantis sólo aumentan la tensión en las negociaciones que se llevan adelante y que han tenido pocos avances en los últimos días.
De mantenerse este escenario, el viernes se sumarán nuevas plantas a la huelga y si bien no se ha confirmado cuáles serán, analistas apuntan a que podrían ser las fábricas donde se producen las pick-up más populares de los llamados “Tres Grandes” de Detroit.
El sindicato UAW reclama aumentos salariales de más del 30% en los próximos cuatro años, el restablecimiento de las pensiones con prestaciones definidas para todos los trabajadores y una semana laboral de 32 horas con paga de 40 horas. Las empresas ofrecen un incremento en torno al 20% y se resisten firmemente a otras exigencias del sindicato.