La Unión Europea finalmente inició la investigación sobre los subsidios que China da a los vehículos eléctricos (EV) fabricados en su país y que son exportados a los mercados del bloque donde han logrado posicionarse con fuerza ante la producción local debido, en parte, a sus bajos precios.
“Los mercados globales están inundados ahora de autos eléctricos chinos más baratos, y su precio se mantiene bajo de forma artificial con enormes subsidios estatales. Esto está distorsionando nuestro mercado”, dijo al anunciar las investigación la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Pese a ese escenario, fabricantes como BMW cuestionan los efectos de la investigación iniciada y advierten que sus consecuencias podrían ser más complejas.
El director financiero de la marca alemana, Walter Mertl, manifestó que la empresa no era partidaria de aplicar aranceles punitivos a los vehículos provenientes de China y agregó que la investigación sólo protege a quienes no tienen ventas significativas en China, pero podría afectar a todos los fabricantes de automóviles que hacen negocios en el gigante asiático.
"La reacción, como un boomerang, puede ser mayor de lo que uno imaginaba", dijo, refiriéndose a las posibles represalias de China contra los fabricantes de automóviles europeos.
China es el mayor mercado para los tres principales fabricantes de automóviles de Alemania y BMW exporta el iX3 de China a Europa y exportará el Mini a partir del próximo año, lo que lo deja vulnerable a posibles aranceles de la UE sobre las importaciones desde China, así como a cualquier reacción negativa de ese país sobre sus ventas locales.
Aunque el 90% de los automóviles BMW vendidos en China se producen localmente, algunos materiales se envían desde Europa a China, explicó Mertl.
China ha condenado la investigación de la UE, que comenzó formalmente ayer jueves, por considerarla incompatible con las normas de la Organización Mundial del Comercio y perjudicial para el crecimiento mundial de las ventas de vehículos eléctricos.