El gigante japonés de la industria automotriz Toyota decidió aumentar su apuesta en Brasil y anunció que destinará 2.200 millones de dólares en un nueva inversión que concretará hasta finales de esta década.
En ese contexto, se indicó que la empresa ejecutará casi la mitad del total de la inversión en los próximos dos años.
La información fue confirmada por el vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, quien visitó la planta de Toyota emplazada en la localidad de Sorocaba, al interior de Sao Paulo, junto con el gobernador regional, Tarcísio de Freitas, para reunirse con los trabajadores.
Durante la cita se precisó que las inversiones se aplicarán tanto en la citada planta como en la fábrica que tiene la automotriz en la zona de Porto Feliz, situada igualmente en el estado paulista y que se dedica a la producción de motores desde 2016, fecha de su inauguración.
Según las autoridades esta nueva inversión comprometida por Toyota no sólo implica la creación de 2.000 nuevos puestos de trabajo directos, sino también unos 8.000 empleos indirectos hasta 2030.
"Es una inversión muy importante. Toyota es la campeona en vehículos eléctricos e híbridos, que es el diferencial brasileño. Será un gran éxito. Muestra la confianza que hay puesta en Brasil", declaró Alckmin a los periodistas.
Buenas políticas
El anuncio de Toyota se suma al ya realizado por otras grandes automotrices internacionales, como Volkswagen, General Motors, BYD, Stellantis o la también nipona Nissan, las que han decidido redoblar su apuesta por el país suramericano.
Alckmin, también ministro de Industria y Comercio, explicó que uno de los factores que impulsa este crecimiento es un potente plan lanzado por el Gobierno que da incentivos fiscales a proyectos de innovación, exportación y descarbonización.
Asimismo, recordó que han restablecido el impuesto de importación para vehículos eléctricos, que estaban exentos hasta el pasado 1 de enero, cuando se empezó a gravarlos con el 10%, porcentaje que aumentará de forma progresiva hasta el 35%.
"O uno monta la fábrica aquí en Brasil, produce aquí, o va a tener que pagar un 35% de impuesto de importación. Esta nueva configuración tributaria marca toda la diferencia", señaló el vicepresidente.