El grupo automotriz Stellantis anunció a los sindicatos que suspenderá por cuatro semanas la producción de la versión eléctrica del Fiat 500 como respuesta al desplome que ha experimentado la demanda por unidades a batería.
La drástica decisión, indicaron los representantes de los trabajadores de la automotriz, se extenderá en una primera instancia hasta el 11 de octubre próximo.
"La medida es necesaria debido a la actual falta de pedidos vinculada a las profundas dificultades que atraviesa el mercado europeo de eléctricos", dijo el fabricante en un comunicado remitido a los sindicatos, en donde admite además que este negativo escenario afecta “en especial” a las automotrices europeas, ya que son “las más afectadas” en este momento.
La suspensión de la producción comenzará mañana viernes, según los representantes de los trabajadores, aunque desde la empresa, tal y como recogen medios locales, dicen estar "trabajando duro para gestionar lo mejor posible esta difícil fase de transición".
Según los sindicatos, en la fábrica de Turín se han producido 18.500 unidades desde principios de año, frente a los 52.000 que se alcanzaron en el mismo período de 2023, lo que supone un descenso del 83%. A este ritmo, 2024 podría cerrar con una producción cercana a las 20.000 unidades, meta que queda lejos de los 200.000 vehículos necesarios para mantener viva la planta.
En agosto, el grupo Stellantis registró una caída de las matriculaciones en Italia del 32% respecto de las cifras del año pasado debido, en gran parte, al fin de los incentivos públicos a la compra de eléctricos, pero también a la crisis del sector que está afectando a otros actores europeos y mundiales.
"El complejo Mirafiori está viviendo una profunda transformación, con el objetivo de convertirlo en una auténtica fábrica global de innovación y desarrollo, una elección clave si queremos afrontar el desafío de la transición hacia la movilidad sostenible al que estamos llamados", sentenció la compañía acorde a las comunicaciones remitidas por los sindicatos.