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Daniel Muñoz: "La cueca es un caballo desbocado que no necesita riendas"

El actor está a punto de lanzar su nuevo disco junto al grupo Los Marujos, trabajo en el que se atrevieron descartar los esquemas para optar por su propia lectura del género. "La cueca más que folclor, es música popular, del pueblo, que cada uno la baila como la siente, la canta como la siente", sentencia.

13 de Junio de 2015 | 08:41 | Por Sebastián Cerda, Emol
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Muñoz y Los Marujos presentarán "Tirando pata" el 8 de agosto en el Teatro Cariola, un lugar que "tiene cancha", dice el actor, por lo que la idea es bailar.

Héctor Yáñez
SANTIAGO.- En la puerta del horno es como se encuentra la nueva producción de cuecas que alista Daniel Muñoz junto a su grupo Los Marujos, titulada Tirando pata y con fecha de salida para el próximo 15 de julio. Un trabajo que sucede al anterior Cueca (2013) y que tiene dos orígenes.

El primero, concreto: Mientras viajaban para presentarse en distintas localidades de Chile, surgía la idea de escribir una cueca dedicada específicamente a cada lugar. "Queríamos rematar con un regalo para la gente, y la íbamos armando mientras íbamos viajando. O llegábamos allá y la trabajábamos", cuenta el actor.

Así fue como surgieron piezas dedicadas a lugares tan diversos como Punta Arenas, Quinchao, el barrio Franklin de Santiago, Rari y Curepto, entre otros.

Pero hay también un segundo origen, mucho más relacionado con las motivaciones y los objetivos: "Con Los Marujos se abre una etapa que tiene que ver con la elaboración, con hacer algo más. No es la cueca por la cueca", cuenta.

La mezcla de todo eso es lo que dio origen a Tirando pata, un disco de cuecas lugareñas, pero también de verdaderos ejercicios evolutivos en torno al más insigne género de la música popular chilena. Uno que por años, según Muñoz, fue visto como "pieza de museo", como algo intocable desde la vereda que se lo practicara, ya fuera campesina o brava.

Pero Los Marujos, que en su disco anterior ya habían salido de la cueca criolla, para dar una mirada a su presencia en Latinoamérica, comenzaron a sentir eso como un cerco del que debían salir. Y lo consiguieron de la mano de distintos atrevimientos, que van desde la incorpoción de violines y trombones, hasta un trabajo en estudio inusual en una escena que por años pareció exaltar la precariedad.

"Esto fue evolucionando. Nos dimos cuenta de lo que pasaba a medida que iba apareciendo. Al principio queríamos respetar el sentido de cueca urbana, cueca brava, pero en el trabajo nos dimos cuenta de que esto tenía mucho más desarrollo. Es una propuesta de estudio diferente, no es la cueca por la cueca, es la cueca y algo más", sentencia Muñoz.

Cueca libre

Claro que el origen de esa medida fue prácticamente casual, "en un ensayo. Porque nuestros espectáculos no incluyen sólo cueca, entonces necesitábamos un violinista para esos otros temas. Pero cuando hacíamos cueca, él quedaba como pagando, entonces un día le dijimos que se incorporara. Y cuando lo hizo, como que fue parte de todo. Ésa fue la antesala para empezar a incorporar estos elementos poco típicos, a ver qué pasaba. Así se incorporó Parquímetro (Briceño) en el trombón, que realmente se manda una cueca espectacular".

Luego, el director de Los Marujos, Rodrigo Salgado, acentuó el trabajo de las segundas voces, de los instrumentos, hasta cuajar en algo que, a juicio de Muñoz, es "bastante innovador". ¿Y no se extravía la cueca en ese ejercicio? Quizás la que otros entiendan por tal, pero no la que el actor y los suyos defienden.

"La cueca es un caballo desbocado que no necesita riendas. Cuando se la encerró, empezó a secarse. Se la liberó, que es lo que pasó en este renacimiento de los últimos años, de la mano de muchos grupos jóvenes, y volvió a su origen. La cueca más que folclor, es música popular, del pueblo, que cada uno la baila como la siente, la canta como la siente. Es la libertad que cada uno tiene para interpretarla y entregarla como siente, que es lo que nosotros hacemos en el grupo, que no tratamos de imitar nada, sino de hacer lo que nos gusta desde la cueca", explica.

El resultado de este ejercicio no sólo podrá escucharse en Tirando pata desde el 15 de julio, sino que además podrá experimentarse en vivo el 8 de agosto, cuando el álbum tenga su lanzamiento oficial en el Teatro Cariola.

Para entonces, Los Marujos alistan una presentación que se extienda mucho más allá de los 45 minutos del nuevo trabajo, y en la que los asistentes se tomen el lugar. "El Cariola tiene cancha, que para nosotros es importante, porque queremos que la gente baile", deja en claro Muñoz.
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