SANTIAGO.- Basta mirar a ese zombie llamado Eddie para saber que Iron Maiden ha pasado buena parte de su historia jugando con el lado más siniestro y terrorífico del hard rock. Sin embargo, pocos momentos más aterradores han entregado a sus fans, como el de inicios de este año.
En febrero,
el cantante Bruce Dickinson comunicó que se estaba tratando por un cáncer a la lengua, inquietando a sus miles de seguidores alrededor del mundo. El tratamiento duró meses, pero ya concluyó y con horizonte positivo. Por eso, nada mejor que abrochar este proceso, y
The Book Of Souls será el encargado de hacerlo.
Se trata del esperado nuevo disco del grupo que más culto despierta en nuestro país, y que tiene fecha oficial de salida al mundo el próximo 4 de septiembre.
La placa fue grabada en París bajo la producción de Kevin "Caveman" Shirley a fines de 2014, justo antes de que comenzara el tratamiento de Dickinson. Sin embargo, la banda decidió retrasar su salida hasta el fin del tratamiento del cantante, para asegurar su participación en el proceso.
El trabajo es ambicioso: Las once pistas que lo conforman llegan a una extensión de 92 minutos, lo que obligó a usar el formato de disco doble, por lo que es el primer producto de ese tipo que estrenan los británicos en sus 40 años de historia.
"Nos acercamos a este álbum de una manera diferente a la forma en que hemos grabado con anterioridad. Muchas de las canciones fueron escritas en realidad mientras estábamos allí en el estudio. Ensayábamos y las grabábamos enseguida, cuando aún estaban frescas, y creo que realmente se muestra esa inmediatez en las canciones, que tienen casi un tacto directo", asegura Steve Harris.
El bajista ha sido históricamente el compositor principal de la banda, aunque esta vez optó por firmar "sólo" siete pistas, y apenas una completamente a solas. En las otras seis, comparte créditos con los guitarristas Dave Murray, Adrian Smith y Janick Gers.
Dickinson, por su parte, se inscribe con dos canciones de su autoría, algo que no ocurría desde el disco
Powerslave, de 1984. Y una de ellas tiene hito aparte: Es la más larga que alguna vez haya grabado la banda.
"Las ideas comenzaron a fluir inmediatamente. En el momento en que habíamos terminado, todos coincidimos en que cada pista era una parte tan integral de todo el cuerpo del trabajo, que si tenía que ser un disco doble, entonces debíamos hacerlo", ha dicho el vocalista.
Las restantes canciones del álbum fueron firmadas por el cantante y Smith, mientras que el arte —que obviamente protagoniza Eddie— también cuenta con firma de un viejo conocido: Mark Wilkinson.
Se espera que la gira mundial de promoción se realice en 2016 y, como siempre, el paso por Chile está prácticamente firmado.