El patinador chileno Emanuelle Silva.
Max Montecinos, Ministerio del Deporte
TORONTO.- No pudo ser todo alegría para el patín carrera en la jornada dominical. Y es que María José Moya era carta segura para oro en los 200 metros contrareloj, pero también se disfrutó con el oro conseguido por Emanuelle Silva en la misma distancia,
Y quien lo vivió en carne propia como un triunfo y derrota fue el técnico del equipo chileno, Francisco Fuentes, quien sabe lo que es colgarse una presea dorada luego de la que consiguió en los Panamericanos de La Habana 1991.
"Emanuelle venía picado. Perderse el Mundial de Rosario del año pasado fue algo muy fuerte para él y aquí quería demostrar que es uno de los mejores del mundo", analiza el coach.
Si bien para muchos el triunfo de Silva fue una sorpresa, ni para él ni su técnico lo fue. "Los dos sabíamos que se podía, que estaban dadas todas las condiciones para el éxito. Y no me defraudo".
Incluso, revela una anécdota que favorablemente se cumplió. "Yo siempre lo desafiaba a que cuando consiguiera un oro panamericano como el mío podíamos hablar de tú a tú. Lo logró y estamos los dos muy felices".
La otra cara de la moneda la vivió con María José Moya. La "Pepa" era carta segura para oro en los 200 metros contrareloj, sobre todo considerando que es campeona mundial en esta distancia.
"Es un traspié muy grande lo de María José. Ese bronce no me lo esperaba, Tendremos que analizar qué pasó pero estaba todo dado para ganar", lamentó.
Asimismo, y pese a que la patinadora repitió reiteradamente que estaba tranquila, Fuentes no lo ve tan así. "La veo muy desanimada. Tendremos que trabajar fuerte con ella para que llegue bien de la cabeza a los 500 metros".