SANTIAGO.- Hace una semana los juegos Panamericanos de Toronto 2015 llegaron a su fin y Chile cerró su participación en el undécimo lugar del medallero gracias a
cinco preseas de oro, seis de plata y 18 de bronce.La mayoría de los atletas que se subieron al podio no son desconocidos para la galería. Pero también aparecieron nombres que no están regularmente en las páginas deportivas, aunque en sus disciplinas hace rato que meten ruido. Acá conocemos algunos de los deportistas que también ayudaron al undécimo puesto del Team Chile en Toronto.
Oscar Vásquez y Felipe Leal (oro en remo par masculino): Juntos dieron
uno de los golpes a la cátedra en la delegación chilena y pocos confiaban en un oro para esta dupla.
Oscar tiene 23 y Felipe 32. Sí, varios años de diferencia. Sin embargo el destino hizo que se encontraran, no estaban tan lejos. Los dos crecieron en Valdivia y el río Calle Calle vio cómo cada uno se convertía en un remero profesional. Competían en clubes distintos, pero compartían un mismo anhelo: ser los mejores.
El 2012 fue el año en que se fraguó todo. Felipe participó en el Campeonato Preolímpico y Oscar en los Juegos Olímpicos de Londres, los resultados no los acompañaron y comenzaron las dudas. "Los dos llegamos a un punto en donde tuvimos que tomar una decisión. Él (Felipe) había completado un ciclo en el bote que competía y yo me cuestioné seguir", dice Oscar Vásquez.
Después de haber competido todas sus carreras de manera individual, haber pasado por triunfos y por derrotas, no era el momento de cuestionarse la continuidad sino de tener una última oportunidad. Tomaron la opción: este nuevo desafío lo tomarían juntos y viajarían a Valparaíso para trabajar con un nuevo entrenador. Leal comenta que pensó "voy a intentar un ciclo más, me voy a dar una última oportunidad".
Luego de tres años, en una brillante actuación, ganaron oro en el remo par masculino en los Panamericanos. En un hecho histórico compartieron el primer lugar con Argentina.
Hermanas Melita y Antonia Abraham (plata en remo): Melita, Antonia, Ignacio y Alfredo son sin duda el cuarteto más peculiar del remo nacional: son cuatrillizos. Los Abraham Schüssler son promesas en la disciplina y lo ratificaron en Toronto ya que las mujeres de este clan
se colgaron la medalla de plata en la prueba de dos sin timonel del remo.
Juntas hoy son las mejores, aunque la primera vez que se subieron a un bote quedaron suspendidas en la mitad del lago. ¿Por qué? Una quería remar para el norte y la otra para el sur.
Su madre, Melita Schüssler, cuenta que Melita, su hija, le dijo una vez "yo no voy a correr nunca con mi hermana" y ella le contestó "Mely, vas a tener que correr doble con tu hermana y van a llegar a seleccionadas nacionales juntas. A eso tienes que apuntar".
Melita agrega: "Al principio no nos llevábamos bien. Si ya es difícil entenderse en un bote doble, lo es más aún si es con tu hermana. Después de pelear, maduramos y nos fuimos dando cuenta, de que cuando competíamos nos iba bien. No sacábamos nada con pelear, si al final, juntas somos el bote más rápido. Teníamos que remar para el mismo lado".
La próxima semana enfrentarán a un nuevo desafío en el Mundial Junior que se disputará en Río de Janeiro. "Queremos la medalla de oro y convertirnos en las mejores del mundo", confesó Melita.
Emanuelle Silva (oro en patín carrera): Cuando Emanuelle tenía cuatro años vio por primera vez cómo era el patín carrera, en un paseo al Parque O´Higgins con su familia. Su padre, Hernán Silva, quien fue seleccionado de bicicross en la juventud, motivó siempre a sus tres hijos Scarlett, Emanuelle y Lucas hacia el deporte. Ese día, el club de Quinta Normal fichó a los tres hermanos y ahí pasaron entrenando la mayor parte de su juventud.
Scarlett no continuó, pero los hombres optaron por ser profesionales. Cuando Emanuelle y Lucas cursaban tercero y segundo medio, respectivamente, tomaron una decisión extrema: congelan el colegio y se van a vivir a Venezuela. "En un campeonato que se realizaba en Chile conocimos a Francisco Fuentes, entrenador de la selección de Venezuela que era chileno y nos invitó a entrenar allá. Pensamos que era una buena oportunidad".
El ganador del Oro en Toronto sabe que no fue fácil y añade "mi familia se endeudó para que pudiéramos ir, mi papá pidió un préstamo para que nos mantuviéramos allá". Hoy, con su medalla en la mano piensa que fue afortunado.
Cristóbal Torres (bronce en lucha grecorromana):
Sin duda una de las sorpresas del Team Chile. El atleta nacional
consiguió el bronce en la lucha y no sólo eso, sino que también se convirtió en el primer nacional en conseguir una presea panamericana para la lucha chilena.
Hace ocho años que practica la disciplina, antes practicaba artes marciales, pero un amigo le mostró en qué consistía la lucha y no la dejó más.
Torres cuenta que no ha sido fácil. "Tuve que congelar mis estudios de Antropología en la Academia de Humanismo Cristiano para prepararme de la mejor forma", además comenta que está consciente de la falta de recursos. "Trabajo de guardia en la empresa 'Seguridad Olímpica' que Andrés Ayub ayudó a crear. Todos los fines de semana tengo que estar en eventos, sobre todo en fiestas del barrio alto".
Andrés Ducasse (bronce en el Sunsfish de la vela):
¿Esquiar o ser navegante? Fue la pregunta que Andrés Ducasse se hizo cuando tenía 14 años. Su carrera como esquiador comenzó desde pequeño cuando se inscribió en el club de Ski La Parva, sin embargo a esas alturas el bote para él era conocido. Se subió por primera vez a los cuatro años, su padre, un aficionado navegante le enseñó las técnicas básicas para enfrentarse a un barco en el Lago Vichuquén.
Los resultados en el Ski llegaban y el 2003 se coronó como campeón nacional, pero en su grupo de la nieve estaba también la velerista Begoña Gumussio . "Ella decía que era muy buena para navegar y yo le decía que yo también. Entonces ella le comentó a su papá, quien me invitó a correr un campeonato a Viña del Mar y gané. Ese fue mi primer campeonato de vela, a los 10 años", comenta Andrés.
Después de años practicando las dos disciplinas, el 2006 la pregunta se instaló con fuerza. "Tuve que decidir, las dos cosas eran incompatibles y tomé la decisión de navegar", asegura.
Hoy no se arrepiente. Los barcos son su pasión y la de su familia. "Soy el mayor de siete hermano y todos navegamos", cuenta orgulloso.
Además, agrega que su papá es su cábala. "Durante los diez años que llevo navegando, cuando mi papá va a verme en los campeonatos me va mejor. Es un factor que marca la diferencia, es un gran apoyo, me da confianza".
Su papá, estuvo en Toronto y Andrés
conquistó el bronce en la modalidad Sunfich. Todo coincidía.