Se siente un chileno "de tomo y lomo".
Archivo El Mercurio
SANTIAGO.- Chile tiene ya a 42 clasificados a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Y entre ellos hay uno que destaca por sobre el resto. De hecho hasta habla con un tono distinto.
Se trata de Julio Acosta el levantador de pesas cubano que se convertirá en el primer nacionalizado en defender al país en una cita olímpica.
Llegó el 2007 a Chile cuando tenía 19 años. Su padre, quien ya había dejado la isla caribeña anteriormente, lo convenció a que se atreviera y viajara. Dice que dudó en un inicio, pero se atrevió.
"Y aquí me tienen. Me siento un chileno de tomo y lomo. Este país me ha dado muchísimo y yo espero retribuirle con una buena actuación deportiva", cuenta en conversación con Emol.
En febrero del 2014 consiguió la nacionalización. Está casado con una chilena, sus hijas son chilenas y viven todos juntos en San Miguel. Desde ahí viaja todos los días para repartirse entre sus entrenamientos y su trabajo como instructor de pesas.
Tan arraigado está en el país que cuando viaja una vez al año a la isla se aburre. "No hallo la hora de venirme, tengo mi vida acá y jamás volvería allá", revela.
Recuerda que en su infancia en su natal Cuba practicó karate, boxeo y ajedrez. Pero cuando tenía 13 años conoció la halterofilia. "Y me absorbió, me dí cuenta que era lo mío y empecé a entrenar cada vez con más fuerza. Eso sí, dejé de lado un poco la actividad para dedicarme a los estudios. Pero llegando a Chile la retomé y ahora estoy clasificado a un juego olímpico, es un sueño".
Pero su clasificación a Río no estuvo exenta de polémica. La federación nacional tenía disponible un cupo y debía elegir a cuál de todos los pesistas se lo daría.
Habían dos candidatos serios. Acosta y Bastián López, los dos exigían su oportunidad. "Pero las decisiones técnicas eran claras y se eligió a la persona con mejor ranking, osea yo", cuenta.
Reconoce sí que dudó porque por temas reglamentarios se establecía que el favorecido debía haber participado en dos competencias que son sancionadas por la IWF. Y él tenía sólo una, el Preolímpico de Cartagena en Colombia. Pero se tomó la decisión de que sea él, que no dejó muy conforme a todos.
Agrega que "Bastián entrena aparte de la selección, con otro entrenador, en otro lugar. Por ende no tengo relación con él porque no lo veo. Yo levantó por mí, levanto con mis piernas y mis brazos".
Ahora ya no quiere más polémicas. Está en Bulgaria hasta el 1 de agosto en una concentración, para luego emprender un nuevo viaje. Esta vez a Río, donde espera defender como "un chileno de tomo y lomo" al país.