Piqué es uno de los símbolos del "Sí".
EFE
SANTIAGO.- España está convulsionada. Ayer domingo se realizó el referéndum en Cataluña donde más de 5,3 millones de catalanes estaban llamados a responder con Sí o No a la pregunta "¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente en forma de república?".
La respuesta fue un rotundo SÍ. Y esto salpicó en todos los ámbitos. Caos social en las calles y también repercusiones en el fútbol.
Es aquí donde asoma la imagen de
Gerard Piqué. El defensa del Barcelona ha sido desde siempre uno de los íconos de la lucha independentista. Y ayer no fue la excepción.
El zaguero es consciente que su postura genera gran rechazo. Incluso hay muchos que exigen su salida de la selección de su país. Es por eso que entre lágrimas sostuvo que "aunque votara que sí para que Cataluña se independizara creo que puedo jugar con la selección española porque lo marca mi pasaporte o mi DNI. Ha habido muchos jugadores que no eran españoles y se han nacionalizado y han defendido a la selección española. Mientras mi rendimiento sea excepcional y me deje la piel sobre el campo no veo problema en jugar en la selección española. Si molesto a alguien en la selección doy un paso al lado y me aparto".
Justamente el club de Piqué, el
Barcelona, está en el foco de las críticas. Y todo porque hayan decidido jugar el duelo correspondiente a la Liga española contra Las Palmas. Lo hicieron a puerta cerrada debido al caos.
"Vergüenza, el partido que nunca debió jugarse, a este Barça no hay quien lo aplauda", son algunos de los cuestionamientos que recibe el club.
Argumentan que intentaron por todos los medios no disputar el compromiso, pero que la amenaza de perder seis puntos los obligó a tener que disputarlo.
"La Junta ha intentado anular el partido por todos los medios y ha bajado al vestuario para tomar la decisión entera. Ha sido un día muy duro, probablemente el que más desde que soy profesional. Mi opinión cuenta poco. Al final hemos decidido jugar entre todos", explicó Piqué.
Esta medida trajo como consecuencia que dos de los principales directivos de la institución presentaran su renuncia. Se oponían a que el lance se llevara a cabo.
En respuesta a esto,
Las Palmas mostró su desacuerdo con el plebiscito con una bandera española bordada en su camiseta. "Creemos en la unidad de España", se justificaron.
Otro que se manifestó fue el tenista
Rafael Nadal. El número 1 del mundo no escondió su pena. "Ver la sociedad en general, no sólo la catalana, tan radicalizada, me sorprende y a la vez me desilusiona. A mí, personalmente, me dan ganas de llorar cuando veo que en un país donde hemos sabido convivir y ser un buen ejemplo alrededor del mundo llegamos a la situación que se llegó ayer... creo que la imagen que hemos transmitido es negativa".