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Hace cinco años se fue a Alemania: El "Niño Maravilla" del tenis de mesa chileno que aspira a ser "el mejor de la historia"

Nicolás Burgos vive desde el 2013 en una academia en Leipizig y ya suma un título sudamericano y clasificó a los Juegos Olímpicos de la Juventud.

27 de Marzo de 2018 | 10:00 | Por Leonardo Vallejos, Emol
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Burgos ganó tres medallas en el Sudamericano de Chile.

Por Leonardo Vallejos, Emol
SANTIAGO.- Es mediodía del jueves 22 de marzo. En cosa de minutos los equipos masculinos de Chile y Argentina animarán el choque por los cuartos de final del Sudamericano Juvenil e Infantil de Tenis de Mesa. El Centro de Entrenamiento Olímpico de Santiago es el escenario.

En las tribunas se siente la tensión. No es un estadio de fútbol, pero ambas barras no paran de alentar. El "C H I" lucha contra el "Vamos, vamos Argentina". En medio de ese ambiente hay un niño intranquilo. Camina de lado a lado, saluda un amigo y se sienta. Es Nicolás Burgos, la gran promesa nacional de este deporte. Es él el llamado a liderar a la escuadra nacional.

A pesar del nerviosismo y concentración, accede a salir del gimnasio a conversar con Emol. El ruido no deja hablar ahí dentro. "Tengo 10 minutos antes de entregar mi paleta a la jueza", advierte quien llega a este certamen con el cartel de ser el campeón juvenil vigente tras el título conseguido el 2017 en Paraguay.

A primera vista se aprecia como un niño tímido. Ya hablando, sorprende por su madurez. Ideas claras, no se nubla. "Vengo de visita por una semana, jajaja", comienza diciendo con una gran risa en su rostro. Y claro, si desde el 2013, con sólo 12 años, dejó a su familia, amigos y estudios y se fue a Alemania. Siguió a su entrenador. Todo por conseguir su sueño.

Vive en Leipzig con su entrenador Marco Astudillo. Allá tiene una beca en la Ttt Zentrum Eilenburg, la academia del peruano Alberto Ammann. "Me sirve para estudiar y sobre todo entrenar. Allá me codeo con los mejores del mundo. Primero era un viaje por tres meses que dura la visa de turista, pero conseguí extenderla. Ahora no me veo en otro lado que no sea allá", relata el "Nico".

Mientras habla, Burgos aprovecha de elongar, de moverse. A veces cuesta seguirlo. "Disculpa, pero estoy un poco nervioso, hace tiempo no juego en mi país".

El sacrifico ya da resultados


"Uff imagínese todo lo que sufrí cuando se fue. Si era un niñito. Pero siempre con las ideas claras. Nos costó tomar la decisión de dejarlo partir... Al principio dijimos 'son sólo tres meses'. Luego se extendió. Ya lleva cinco años y ahora ya me hice la idea, es imposible que regrese". Es el lamento de Luisa Valdés, su madre.

Para la familia de Burgos fue difícil. Aunque tenían la confianza en él y sobre todo en Astudillo. Veían que había compromiso del entrenador y que podría sacar lo mejor de su retoño.

Allá entrena duro. En total son siete horas diarias en la fría ciudad de Leipzig. En los descansos que tiene aprovecha para estudiar. Lo hace vía internet y da exámenes libres en la Embajada de Chile en Berlín.

"Para estar a este nivel había que salir del país. Hoy es el 19 del mundo juvenil, entrena con los mejores del mundo y es un deportista top de alto rendimiento", valora Astudillo.

Los resultados no tardarían en llegar. El 2017 ganó el Sudamericano de Paraguay y ese mismo año consiguió lo más importante. En República Dominicana se subió a lo más alto del podio en el Preolímpico. Se llevó el oro y la clasificación a los Juegos Olímpicos de la Juventud que entre el 6 y el 18 de octubre se disputarán en Buenos Aires.

Hasta esta fecha, Burgos y la escaladora Alejandra Contreras son los únicos clasificados del Team Chile. "Cuando clasificó a los Juegos Olímpicos dijimos que queríamos ganar una medalla histórica para el país. Nicolás más que ser la gran carta del tenis de mesa chileno, mi intención es que sea el mejor jugador de la historia, a eso apuntamos", sueña su coach.

¿Revalidó el título sudamericano?


El torneo en Chile llegó a su fin. Con esto, la hora de que Burgos vuelva a armar su maleta y regrese a Alemania. La idea es ahora prepararse de lleno para los JJ.OO.

"Vengo con la ilusión de ganar todas las medallas en las que participe", avisaba al inicio del Sudamericano. ¿Lo logró? Para pesar suyo no. Sólo llegó hasta los cuartos de final, donde el argentino Martín Betancor le ganó. El mismo trasandino salió campeón y le arrebató el título del mejor del continente.

Donde sí festejó fue en dobles masculino. Junto con Andrés Martínez se proclamaron monarcas tras vencer a los brasileños Diogo Silva y Eduardo Tomoike.

Su otra presea fue de bronce en equipo y en el dobles mixto junto con Valentina Ríos.

Claramente mucho menos de lo que él esperaba...
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