SANTIAGO.- En la actualidad, hay dos deportistas chilenos que se roban la atención y que están dando que hablar semana a semana. Son el golfista Joaquín Niemann y el tenista Nicolás Jarry.
Ambos tienen en común ser jóvenes, talentosos y están cumpliendo un 2018 impresionante y en la elite de sus disciplinas. El primero, dio el salto de amateur a profesional y ya suma tres espectaculares Top Ten en los cinco torneos que ha disputado. Mientras que el segundo ha avanzado más de 50 lugares en la ATP para ser la raqueta número 1 del país.
Pero también comparten algo previo a este éxito. Fueron asesorados por el prestigioso psicólogo deportivo chileno Eugenio Lizama.
El especialista tiene 39 años y en su curriculum vitae se jacta de ni más ni menos de haber trabajado en Europa con el técnico Carlo Ancelotti en el Milan y el Chelsea, de ser actualmente el psicólogo oficial de tres pilotos del MotoGP, entre los que destaca el italiano Andrea Dovizioso, quien hoy está cuarto en el ranking mundial. También tiene a su cargo esta área en el club Universidad de Chile.
El poder mental de Niemann y Jarry
"Estamos hablando de dos deportistas de alto rendimiento que tienen un buen método de entrenamiento basado en cuatro áreas esenciales: emociones, alimentación e hidratación, descanso y parte física. Esa es la base de su éxito", comienza analizando Lizama desde Italia, donde está trabajando en terreno con los motociclistas.
Agrega que "el golf y el tenis comparten una de las cosas más difíciles: los triunfos los vives solo, son deportes súper ingratos. Llegas a tu habitación y miras en solitario tu copa y luego prepararse porque hay que irse nuevamente de viaje. Hay mucha soledad y en el trabajo se hace hincapié en esa área".
¿Qué destacas de Nieman?:
"Es una excepción a la norma del deportista chileno. Tiene una determinación y capacidad de trabajar de manera ordenada que es admirable. Su inconformismo lo lleva a ser bastante perfeccionista. En el área mental posee habilidades que otros no.
Hay oro en su cabeza".
Además, "tiene una capacidad que a mí me gustaría regalarle a cualquier deportista: poner la mente en silencio, que cuando tiene que hacer algo bajo presión, él simplemente lo ejecuta y no se pone otro pensamiento en la cabeza. Sólo veo eso en los campeones del mundo. No piensa en la importancia de lo que está haciendo sino que pone su cerebro en función de la ejecución".
¿Y de Jarry?:
"Muy profesional, trabajador.
No tenía dudas en que llegaría arriba. Busca esto de manera muy metódica. El tenis es muy demandante de lo físico, por lo tanto la caída de la concentración también se puede deber a la falta de minerales".
Resalta que "lo que más me gusta y destaco de él es su garra, determinación, la forma que tiene de sobreponerse y no bajar los brazos. Es algo poco común, es resiliente, sino consigue algo persevera hasta que lo consigue. Sus capacidades son en base a la autodeterminación, es un luchador y tiene la creencia interna de que sí o sí va a conseguir el éxito".
Aparte de estos dos deportistas, Lizama también es el psicólogo deportivo del primer equipo de la Universidad de Chile.
Se excusa que de la U no puede hablar mucho, pero marca las diferencias del trabajo individual con el grupal que se tiene en un club.
"Se deciden trabajos específicos en base a los objetivos de grupo y después personales. Valoro que están saliendo directrices de la ANFP de que en dos años más los clubes deben tener psicólogos. El fútbol era reacio, pero se está dando cuenta que es necesario, se ve un cambio importante.
