Mayweather derrotó fácilmente a Nasukawa.
AFP
SANTIAGO.- Si bien se sabía que la pelea no sería justa, al menos se esperaba una respuesta más contundente por parte del retador. Este lunes
Floyd Mayweather le dio una verdadera paliza a Tenshin Nasukawa en Japón.
El boxeador estadounidense se impuso sin problemas al nipón y en
poco más de dos minutos lo envió a la lona tres veces, cerrando así el triunfo a su favor.
Pero antes de todo esto, Mayweather, un experto en generar dinero, había armado un verdadero "show mediático" con tal de tener más atención de los seguidores y de los medios.
En la antesala de la batalla, el norteamericano realizó una serie de desafiantes declaraciones para despreciar el nivel de su rival y elevar su figura.
"No necesito entrenar. Pelear es algo que he hecho por más de 30 años, así que es solo un día más. Me preocupo por el entretenimiento. Una vez que suena la campana, siempre es entretenimiento", señaló.
"Estoy seguro de que (Nasukawa) se está tomando esta pelea extremadamente en serio, está entrenando en este gimnasio. Pero para mí, es solo otro día. No tengo que trabajar duro durante tres rounds. Básicamente puedo hacer tres rounds dormido. Así que no me preocupo por eso", complementó Mayweather en la previa.
Luego, a sólo minutos de iniciar el combate, "Money" volvió a dar muestras de su extravagancia y sembró la incertidumbre en el recinto deportivo al no presentarse a la hora estipulada.
De hecho, los espectadores que arribaron al Rizin14 tuvieron que esperarlo por 3 horas para verlo subir al cuadrilátero. Según los medios presentes en el lugar, su retraso se debió a que aún "no se recuperaba" de una fiesta.
Ya en el ring, el estadounidense comenzó otro "show". Primero bailó y se burló mientras se estaban entonando los himnos. Y cuando comenzó la pelea, no tardó ni tres minutos en noquear a Nasukawa. Una vez el japonés estaba en el suelo, Mayweather realizó una especie de danza triunfal.
Y en tanto el "Ninja Japonés" lloraba de frustración en una esquina del cuadrilátero, el norteamericano celebraba frente a todo el público: se había embolsado cerca de 88 millones de dólares.
