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"Mi cabeza es una fogata, no aguanto más": El calvario que vive el tenista argentino que denunció a la mafia que arregla partidos

Marco Trungelliti (117° del mundo) reconstruyó todo lo que le ha tocado vivir desde que en 2015 fue contactado por un grupo que le ofreció dinero.

10 de Febrero de 2019 | 14:30 | Redactado por Martín Gutiérrez, Emol
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AFP
SANTIAGO.- El tenista argentino Marco Trungelliti (117° de la ATP) reveló todo lo que le ha tocado vivir desde que en 2015 fue contactado por un grupo que le ofreció dinero a cambio de un acuerdo para arreglar partidos.

En entrevista con La Nación de Argentina, la raqueta trasandina, que denunció a la mafia que lucra con el arreglo de los encuentros del circuito, reveló algunos detalles de su historia que hoy lo tiene viviendo un calvario.

"Mi cabeza es una fogata. Estoy quemado. Desde que llegué a la Argentina que prácticamente no duermo. Siento que si miro mal un poco a uno me quiere cagar a piñas. No soy ni topo ni buchón. No aguanto más", contó sobre lo que vive por estos días.


Todo arrancó hace cuatro años, cuando a través de Facebook una persona de confianza le habló y lo invitó a una reunión con la intención de auspiciar su carrera. Él aceptó y compartió con dos personas en un bar de Belgrado.

Fue ahí cuando le ampliaron la información de que tenían un sistema de apuestas y que eran quienes hablaban con jugadores para arreglar partidos. Además, le especificaron las cifras que podía ganar por dejarse perder: entre US$ 2.000 y 3.000 por partido de Future, entre 5.000 y 10.000 en Challengers y entre 50.000 y 100.000 por encuentro de ATP.

Con esa información y pese a que en la cita le habían indicado total discreción, Trungelliti viajó a Suiza y escribió un mail dirigido a la TIU (Tennis Integrity Union: Anti Corruption Tennis Body) denunciando lo sucedido. Tuvo que asistir a una audiencia con algunos de los que sí aceptaron coimas.

Su denuncia salpicó a tenistas, entrenadores y dirigentes de todo el mundo. Muchos de ellos argentinos (Guillermo Coria, Nicolás Kicker y Patricio Heras, entre otros), quienes lo acusan de "topo" y que nunca vendió a nadie.

"Hoy siento una difamación constante. Es como si yo estuviera en juicio. Voy a un torneo y viene uno a decirme si es verdad lo que hice, si le corté la carrera a uno o a otro. Me da impotencia. ¿Quién me apoya? Muchos de los que estaban en la Copa Davis en 2016", explicó con resignación, quien da más detalles de su drama.

"No quiero venir más a los torneos de la Argentina. Pero así como se empeoró la relación con mucha gente, otra se me ha acercado más porque sabe cómo viene la mano. A mí no me divierte ni un poco venir a un torneo, que uno u otro no me salude, y es gente que ni siquiera se ha dignado a preguntarme qué pasó", profundizó.

En esa misma línea, agregó que "hubo gente que dijo que yo era una lacra humana. Uno de los tres jugadores argentinos dice que yo le tenía bronca y que por eso lo denuncié. Que la TIU me enganchó arreglando partidos y que si yo canjeaba información y vendía compañeros, me reducían la sanción. Totalmente falso".

Es el duro presente que vive este argentino que lucha por concentrarse en su carrera deportiva, pero con el escándalo a cuestas se le hace muy difícil entrar a una cancha de tenis...
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