SANTIAGO.- La selección femenina de fútbol se despidió del país con un empate 1-1 ante Colombia en el Estadio Nacional. El ambiente en el coloso ñuñoíno fue de camaradería y familiar, en el que el público no se cansó de alentar a las futbolistas.
Pero en las gradas y en las afueras del recinto, hubo situaciones que escaparon de las cámaras. Acá te contamos las mejores de una emocionante jornada…
Rueda desató el caos
Cerca de las 18:05 horas, en el acceso de la prensa apareció, con mucha sorpresa, el seleccionador de la "Roja", Reinaldo Rueda.
El DT colombiano no aceptó preguntas, y resguardado por una cantidad excesiva de personal de seguridad, se escabulló ante la insistencia de los periodistas. Posteriormente a eso, no se le volvió a ver.
Emociones a flor de piel
Era una jornada esperada por las seleccionadas. Despedirse en el Nacional y con cerca de 20 mil personas era algo mágico. Y así se notó desde el primer minuto que pisaron la cancha.
Al salir al césped fueron varias las jugadoras que dejaron fluir sus emociones. Algunas al borde de las lágrimas. Conversaban entre ellas, se abrazaban y saludan a las tribunas donde estaban varios de sus seres queridos.
"Se nota lo emocionadas que están, esto es algo increíble para ellas por eso muchas de las muchachas dejan fluir sus sentimientos, se lo merecen", sostuvo Óscar, papá de la defensa central Camila Sáez.
La molestia del público con la arquera colombiana
En el transcurso del partido, fueron innumerables las veces que la portera cafetera, Sandra Sepúlveda, se quedó tendida en el césped pidiendo asistencia.
Tanto así, que los más de 15 mil espectadores perdieron la paciencia con la golera y cada vez que se hacía del balón, se escuchaban pifias y silbidos para la jugadora.
"Déjate de hacer tiempo", gritaban algunos aficionados visiblemente molestos.
Estadio no repleto
Pese a que se aceptó la solicitud de entregar más entradas, el Nacional no se llenó. Se esperaban más de 25 mil personas, sin embargo, la cantidad de espectadores no llegó a ese número.
El público controlado fue de 15.305 hinchas, cuando la cantidad de tickets liberados fue de 28.000. De todas formas, esto no impidió que la despedida de la "Roja" femenina fuera una verdadera fiesta.
Letelier, calmo
El técnico del combinado nacional, José Letelier, se mostró calmo durante todo el partido. Casi siempre de pie al borde del campo, el estratega se limitaba a dar instrucciones a las jugadoras que tenía más cerca y de forma tranquila.
El histrionismo no estuvo del lado del DT, quien posteriormente, y de la misma forma, respondió las preguntas de los periodistas en conferencia de prensa y dio la nómina oficial para el Mundial de Francia. Luego, se retiró atravesando zona mixta con las manos en los bolsillos y el rostro sereno.
Clima familiar
Si un día antes fue el Superclásico del fútbol chileno entre Colo Colo y la U en el mismo estadio, el ambiente este domingo fue distinto.
En esta ocasión, fueron mayormente familias las que llegaron a apoyar a la selección femenina. Muchas de ellas, parientes directos de las muchachas que defienden la camiseta roja.
Los Araya, Guerrero, Grez, Sáez y más colmaron los asientos para alentar a las seleccionadas, quienes finalizado el compromiso retribuyeron el cariño haciendo señas a las gradas y tomándose fotos con los hinchas más entusiastas.
Un emocionante adiós
Pitazo final y se desatan las emociones. Tras el empate, las seleccionadas comenzaron a caminar por los distintos puntos del campo para saludar y agradecer a los hinchas presentes.
Las ovaciones cayeron en varias oportunidades. Al llegar al sector de Pacífico, las jugadoras se acercaron a los hinchas para regalar selfies y autógrafos. Incluso pasaron a algunos niños a la cancha y lanzaron banderines de recuerdo.
La goleadora y un particular fin de jornada
María José Urrutia fue la autora del único gol de la "Roja" en el Nacional. A su salida se fue por cuenta propia y abandonó el estadio como una persona más.
Tras cruzar el portón de seguridad, la "Coté" fue abordada por los escasos hinchas que quedaban. Regaló fotos y autógrafos sin problemas y por largo rato. Luego se fue caminando junto a su pequeña hija y su madre, espero un auto afuera del recinto y fue casi la última persona de todo el estadio en irse.