Hay dieciocho equipos amateurs en la Copa Chile 2023. Buscan aprovechar la oportunidad, única quizá, de ser el centro de atención y reivindicar el fútbol más modesto.
Uno de ellos es el Unión Bellavista. El rojinegro juega en la Asociación San Juan de Coquimbo y ha sido dos veces campeón nacional de ANFA. El 2022 también estuvo en Copa Chile. Pero se le avisó muy encima, llegó con poca preparación y perdió 7-0 con Independiente de Cauquenes. Este año quiere revancha. En la fase previa vapuleó 6-0 a La Higuera y ahora enfrentará a Cobresal. Será la primera vez en la historia que juegue con un cuadro de Primera División.
"El club se creó el primero de enero de 1968. Fue un grupo de amigos que quería armar un equipo nuevo. El nombre fue por el club que en ese tiempo estaba en Antofagasta, que se llamaba Bellavista, que después comenzó a mutar a Antofagasta Portuario y luego pasó a ser el Antofagasta de ahora. La camiseta alternativa de Antofagasta es roja y negra, los mismos colores de Bellavista", le dice a Emol el presidente del club, Claudio González.
El plantel del Bellavista.
El elenco de la cuarta región cuenta en su plantel con varios jugadores que fueron profesionales. Está Mario Aravena, ex Coquimbo Unido y Unión Española, el ex Wanderers Eladio Herrera y Ángel Carreño.
Carreño, de 41 años, jugó para ocho clubes. Entre ellos Colo Colo, la Universidad Católica y el Örebro de Suecia. Se retiró en 2015 y hace apenas unos meses arribó al Unión Bellavista por un amigo. En principio iba a estar con la serie Sub 35, pero anduvo bien y lo incluyeron en el primer equipo.
"Esto es una sensación única que nunca esperé volver a vivirla ni de cerca, ni en mis mejores sueños. Lo he tomado con mucha alegría, transmitiéndole mi experiencia a los jóvenes, que muchos no tienen ni divisiones menores en algún club, son muchachos que les gusta el fútbol y siempre jugaron en la tierra y en el barrio", declara.
Carreño quiere ganar, pero también disfrutar, sentir. Recuerda que en la previa del primer partido de esta Copa Chile, todo el plantel almorzó en la sede club y después de comer corrieron las mesas, se sentaron sobre unas colchonetas y él comenzó a relatar historias de su época de jugador mientras todos lo escuchaban. Horas después anotó un gol.
Carreño festeja un gol a la U en el Superclásico.
Este presente contrasta con lo que vivió pocos años atrás. En 2020 contó que tras el retiro explotó la burbuja del fútbol, sus inversiones no resultaron, se llenó de deudas y en medio de la pandemia se quedó sin trabajo. De no ser por su mamá habría quedado en la calle.
"Hoy puedo dormir tranquilo. Estoy súper bien, feliz con toda mi familia. Disfrutando a mi hijo que está en La Serena bien encaminado en el fútbol profesional. Estoy disfrutando cada instante. Administro un complejo deportivo, trabajo para la Municipalidad de La Serena. Ya me recibí de técnico de fútbol del INAF, trabajo en unos talleres del IND que hace el Gobierno. Ahora se me dio esta posibilidad de poder participar de una Copa Chile. Feliz", comenta.
En Unión Bellavista no solo hay profesionales ya retirados. También hay jugadores activos, pero sin club. La lista incluye a Gary Tello, hasta el año pasado en Antofagasta, a los ex La Serena Alan Muñoz y Gustavo Fuentealba, también a Renato Tarifeño.
Tarifeño, de 26 años, salió de la cantera de Coquimbo Unido. Luego pasó por Universidad de Concepción, Audax Italiano, con Palestino disputó la Copa Libertadores. Fue parte de Santiago Morning todo el 2022.
Para esta temporada, quedó sin equipo. Para mantenerse activo y refrescar la mente, un tío lo invitó a jugar al Unión Bellavista.
"Se te vienen muchos pensamientos cuando no encuentras club, de mandar todo a la mierda como se dice. Opté por venir aquí, porque es un club que pese a ser amateur se toma el fútbol bastante en serio. Entrenamos tres veces a la semana. Martes, miércoles, jueves. Hay otros que fueron profesionales. Nadie viene a jugar por jugar, a decir 'yo fui jugador y voy a jugar sí o sí'. Se toman los entrenamientos en serio. Nadie se deja estar. Está fuerte y competitivo el equipo", expresa.
Tarifeño en su época en Palestino.
El delantero se entrena por las noches. Durante el día, se dedica a su emprendimiento. A nadie se le paga por jugar en el Unión Bellavista. Fuentealba, uno de sus compañeros, trabaja en control de plagas.
"Vendo cosas para el hogar, reparto aquí en Coquimbo y La Serena. Es un negocio que tengo. Con eso me estoy manteniendo por el momento. Cabezales de ducha, de presión. Vendo hartas cosas", manifiesta Tarifeño.
Tarifeño espera que a mitad de año pueda fichar por un equipo profesional. Por ahora, disfruta un momento histórico para un humilde club de barrio.