Endrick, la joya brasileña del Palmeiras de apenas 16 años, hizo noticia hace solo algunos meses. El Real Madrid le ganó a pulseadas a clubes como el PSG, Chelsea o Barcelona y pagó por él casi 40 millones de dólares para que sea parte de su nuevo proyecto.
El delantero, hoy en el "Verdao", eso sí, no lo está pasando bien. Le pusieron el nuevo "Pelé" y en su equipo no ha podido rendir como se esperaba. Apenas lleva un gol en la presente temporada y tiene problemas sobre
cómo llevar la presión.
"Nadie deberían sentir lástima por mí o darme palmaditas en la cabeza. A veces me pregunto: ¿Por qué me pusieron el foco tantos medios? Yo no pedí esto. Hay situaciones que cruzan la línea. 'Ah, es el nuevo Pelé'. Hombre, nadie va a ser Pelé, es el Rey del fútbol. Pero ahora no hay nada que hacer, no puedo pedirle a la gente que no hable de mi vida. Siempre habrá gente para atacarme", dijo en entrevista con la revista GQ de Brasil.
Endrick se mantendrá en Palmeiras hasta que tenga 18 años. Cuando cumpla esa edad, volará a España para ser parte del Madrid, indica su contrato.
Sobre la presión que siente y su temporada, puntualizó: "No me molesta no marcar goles, porque sé que las cosas mejorarán de forma natural. Sólo necesito mantener mi mente fuerte. Las críticas no disminuirán y tendré que soportarlas cada vez más (...) El fútbol es lo que quiero para mi vida. Necesito seguir trabajando, que es lo que me pide Abel Ferreira (entrenador del Palmeiras). Soy igual de adulto que el resto de mis compañeros de equipo".
Endrick agregó: "Antes estaba pendiente de lo que decía la gente de mí, pero hoy no. Me gustan los videos en TikTok, pero cuando hay algo sobre mí, paso rápido".
Además, el brasileño disparó sobre un rumor que decía que se puso a llorar una vez que lo reemplazaron. Él mismo lo aclaró: "Cuando me sustituyeron me puse el chaleco en la cabeza, pero no lloraba, no estaba triste. Estaba orando a Dios. Ya lo interpretaron mal, dijeron que estaba llorando porque no estaba anotando goles. Siempre dije que me gustaría tener a todos los brasileños cerca de mí, pero entiendo cada vez más que eso no es posible".