No está seguro del nombre del juego, tenía cinco o seis años años cuando lo descubrió. Mauricio Marrujo se sentaba frente al computador y jugaba ajedrez. No conocía bien los movimientos todavía, nadie en su familia practicaba el deporte, pero sentado frente al al monitor fue absorbido por las 64 casillas.
Marrujo hoy tiene 13 años. Ha sido cinco veces campeón nacional de Chile, campeón panamericano en 2018 y ahora está en el top 10 del ranking sudamericano Sub 14. Este 2023, obtuvo el tercer lugar del Campeonato Absoluto de Chile, toda una proeza considerando su edad.
"Me pasa algo parecido a lo de la protagonista de la serie Gambito de Dama. Pero en vez de la muralla, veo las piezas moverse sobre el tablero cuando estoy calculando. Me gusta lo lindo que se puede poner el ajedrez a veces, me gusta buscar opciones. El ajedrez es una guerra mental para ver quién sabe utilizar mejor lo que tiene", le dice a Emol.
Marrujo nació en Venezuela en marzo de 2010, pero representa a Chile. Tras descubrir el ajedrez por sí mismo, entró a una academia y comenzó a acumular triunfos. Tiene fama de ser un jugador con mucha energía, que sale a ganar siempre, muy bueno en partidas rápidas.
El ajedrecista cuenta que llegó a este país el 24 de enero de 2017 y que el vuelo hizo escala en Colombia. No recuerda mucho más. Asegura que no le costó adaptarse.
Gisell Pardo es la mamá de "Mau". Se dedica a vender productos cosméticos por catálogo y su esposo Wilder hace muebles a medida. La familia vive en Santiago Centro.
"Salimos de Venezuela buscando mejores opciones para Mauricio. Para nadie es desconocido que Venezuela atraviesa una crisis, queríamos que él esté en un ambiente más tranquilo, por eso salimos de Caracas", cuenta Gisell.
Mauricio caminaba un día por la Plaza de Armas de Santiago. En medio del ajetreo urbano, se fijó que había una serie de mesas desplegadas y tableros de ajedrez. Allí conoció a un entrenador y al día siguiente estaba participando de un torneo en el Club de Ajedrez de Chile.
Cristóbal Henríquez, ajedrecista número uno del país, afirma que en dicho club conoció a Marrujo. Rápido le llamó la atención.
"Ganar un Panamericano es bastante épico. Es competir contra delegaciones enteras, que van con entrenador particular, psicólogos, etc. En cambio, en Chile es difícil que vayamos así. En la final de Chile lo que hizo también es épico, es el niño de menor edad en entrar a una final adulta", declara.
Con el paso del tiempo, Henríquez se convirtió en su entrenador. Como vive en España, las sesiones son vía telemática.
"Yo lo ubicaba por los campeonatos de partidas rápidas en el Club de Ajedrez Chile los días viernes. Varias veces me lo encontré. Era interesante cómo jugaba, la energía que tenía para cada partida, no darse por vencido en ningún momento y si cometía un error seguía adelante. También desde muy chico visualizaba temas tácticos y estratégicos difíciles para su edad. Por eso pensaba que podía ser un proyecto", expresa..
La mamá de Mauricio lo define como un niño "muy maduro para su edad, muy protector con su hermana menor". Un adolescente muy "tranquilo".
"Mau" está en octavo básico. Le gusta el fútbol y mirar los partidos del Real Madrid. También jugar con el celular y forma parte de la selección de basquetbol de su colegio. Estudia y admira al ajedrecista Míjail Tal.
"Le dedico un mínimo de tres horas diarias al ajedrez. Con Cristóbal más que nada estudiamos falencias que esté teniendo, analizamos partidas, juego algunos blitz para después analizarlos", manifiesta Marrujo.
Henríquez comenta que su pupilo es muy completo, que "anda bien estratégicamente" y que tiene un "Elo un poco mentiroso" que en cualquier momento puede subir.
"Gracias a su edad. Yo creo que podría llegar a la elite en algún momento. Necesita entrenamiento constante. Le haría falta un poco de roce internacional, Hay muchos niños de la India que van a España y les va muy bien. Juegan 30 partidas en 30 días y a través de esas partidas van entendiendo en qué se equivocan, en qué están acertando. Pero él esta en Chile. A veces no hay tantos campeonatos. Tiene que viajar a Argentina, pero en Argentina puede jugar cada dos meses un torneo. Lo más fácil hoy en día es que reciba un apoyo económico para venir a España, independiente del resultado le va a ser para mejorar su juego", comenta.
Henríquez lo recomendó para la Fundación para el Talento Juvenil (FundacEK). Esa institución lo apoya, al igual que la Federación de Chile. Sus papás también hacen todo lo posible para respaldarlo. Pero a veces no alcanza. El año pasado tuvo que hacer una colecta para viajar a España. Pese a los problemas, sueña con convertirse en Gran Maestro. "Quién sabe si campeón del mundo", dice.