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La increíble historia de Matías Segura, la figura argentina de Lota que tuvo que esperar cinco años para poder jugar en Chile

Consiguió el ascenso con la "Lamparita".

19 de Octubre de 2024 | 12:28 | Redactado por Felipe Santibáñez, Emol
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Matías Segura.

Agencias/Emol
El histórico y sufrido Lota Schwager busca renacer de las cenizas. Este año disfruta de una gran alegría por el ascenso desde la Tercera B a la Tercera A en la Asociación Nacional de Fútbol Amateur. Entre sus figuras está Matías Segura, un delantero que con ardiente paciencia esperó cinco años para poder jugar en Chile.

Segura es de esos nueves potentes, grandes, ávido rebotero. Tiene 26 años, nació y creció en la Patagonia argentina. Es de una ciudad que se llama Río Gallegos y siendo adolescente partió solo hacia Buenos Aires para ver si se cristalizaba el sueño de ser futbolista profesional. Estuvo en las inferiores de San Lorenzo un tiempo y después en Argentinos Juniors, donde llegó a jugar en el equipo de reserva. Cuenta que en el "Bicho" de La Paternal conoció al ex colocolino Lucas Barrios, también a Alexis Mac Allister y Nicolás González, hoy seleccionados argentinos.


"Lucas Barrios tenía una presencia distinta. Estuve con Alexis y con Nicolás. En ese momento nunca creí que después iba a pasar todo lo que pasó con Alexis, que fue campeón del mundo. Siempre me arrepiento de no haberle pedido una foto. En el día a día era un chico normal, tranquilo, se llevaba bien con todos, tampoco era que hablaba mucho en el camarín", le dice a Emol.

En el 2019, un representante le comentó a Segura que existía la posibilidad de venir a jugar a Chile a la Tercera División. El club República Independiente de Hualqui lo quería. Le hablaron de un sueldo en dólares, de una casa y aceptó.

Viajó y recién acá se enteró que había un problema. Para jugar en esa categoría le pedían tener nacionalidad chilena.

"El club se portó muy bien conmigo. Hizo todo lo que pudo para poder hacer el trámite. Incluso le pagó el viaje a mi mamá para que venga de Argentina porque en el Registro Civil me pedían la firma de mi madre. Yo tenía la nacionalidad por parte de mis abuelos maternos, pero están fallecidos, eran de Puerto Montt y Osorno, demoraba muchísimo buscar esos papeles. Se hizo hasta lo imposible", apunta.


Ese trámite demoró muchísimo. Mientras esperaba resolverlo, el futbolista conoció a Ercira y comenzó una relación. Vivía con ella en una habitación que le pasó el club de Hualqui.

"La nacionalidad no me salía. En el club me tiraron como broma que si me casaba me salía la nacionalidad al tiro, ya como último recurso. Se lo comenté a mi señora por encima y ella me dijo que si nos teníamos que casar para que juegue nos casábamos y así fue. El club generó una hora en el Registro Civil, nos casamos y después me dicen en el Registro: '¿Pero quién les dijo eso a ustedes?'. Quedamos casados por decisión nuestra y a los meses ella quedó embarazada de mi hija Isabella. La paternidad fue un cambio tremendo. Ya no era yo solo, no era solo mi sueño, tenía una familia detrás. Si se daba el fútbol, bienvenido, pero la prioridad era otra", afirma.

En 2020 Segura tenía todo acordado en Iberia. Pero la nacionalidad no estaba lista y no pudo ser contratado. Justo después explotó el caos de la Pandemia. En 2021 se fue a vivir con su familia a Tomé y por una página de Facebook pidió una oportunidad para que lo dejaran entrenar con el equipo de la ciudad. Fue aceptado y allí conoció a Roberto "Zorro" Muñoz, ex futbolista profesional.

El "Zorro" lo llevó a Linares. Segura superó la prueba y ya por fin contaba con la nacionalidad, pero cerró el libro de pases y quedó otro año parado. El 2022, además, se puso un límite de edad para poder jugar en Tercera División y él lo sobrepasaba.

"Era una tras otra, una tras otra", apunta.

Eran momentos difíciles. Muchas dudas, casi ninguna certeza. Con la presión de sostener una familia. Segura empezó a jugar en el barrio. Se unió al club Marcelo Pagani de Concepción. La institución, además, le dio trabajo en una tienda de deportes.

Después pasó por el popular Colo Colito de Barrio Norte. Le fue muy bien allí. Hizo 30 goles, conquistó títulos y coincidió con Arturo Sanhueza, otrora seleccionado chileno y multicampeón con Colo Colo.

"Yo trataba de aprovecharlo, de sacar lo mejor de él. Él con la edad que tenía siempre se estaba entrenando, despertaba entrenando y se acostaba entrenando. Como equipo nos invitaban a algún asado y él cuidándose con las comidas. Por eso tuvo la carrera que tuvo. Él me decía que esté tranquilo, que me iban a venir a buscar si hacía goles, que lo que haga falta en la casa o lo que necesite que cuente con él. Jugar con él era muy fácil, solo había que picarle y él me dejaba frente al arco. Por eso se me dio la posibilidad de hacer tantos goles", comenta Segura.


Sanhueza tenía razón. Esas actuaciones en Colo Colito le abrieron las puertas para ir a Lota Schwager. El cuadro que dirige Renato "Tiburón" Ramos decidió darle un cupo libre de edad.

El comienzo fue difícil para Segura. Jugó muy poco, le costó acomodarse a la áspera Tercera División. Pero se terminó ganando un espacio en el once titular y con siete goles es el segundo goleador del equipo.

Hoy está tranquilo, pero no conforme. Quiere llegar al profesionalismo, darle estabilidad a su familia, piensa que debería conseguir un representante que lo ayude a moverse.

Un relator lo apodó "La Pantera" y a él le causa gracia. Mira atrás y reflexiona sobre todas las circunstancias adversas que enfrentó.

"Cada vez que iba al Registro Civil y me rechazaban en todos esos momentos me quería ir. Ahí estuvo mi familia, que siempre me apoyo para hacerme entender que no era yo solo. Así lo fui entendiendo. Cada rechazo me iba dando la experiencia para al siguiente tomarlo más tranquilo. Ya cuando sabía que no se daba no me hacía problema. Al último lo tomaba con humor. Las ganas de abandonar siempre estuvieron, pero de eso se trata la vida, caer y levantarse", cierra.

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