SANTIAGO.- Una "perspectiva bastante pesimista" sobre la economía chilena es la que mantiene el decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Manuel Agosin.
A su juicio, la "gran incertidumbre " que existe en el país se debe principalmente por la poca claridad con que el Gobierno ha planteado algunas de sus reformas, como la laboral, la educacional y el proceso constituyente. Por ello, pide una hoja de ruta certera que muestre cuáles son finalmente los cambios y por qué medios se realizarán para despejar la desconfianza.
El ministro de Hacienda habría dado a entender en el consejo de la Sofofa que el año en materia económica ya estaba jugado. ¿Comparte ese diagnóstico?
Lo que dijo el ministro es casi de perogrullo, en estos momentos las decisiones que van a afectar el curso de la economía en los próximos seis meses están ya tomadas, decisiones de inversión por parte de las empresas, puede haber alguna variación en la confianza de los consumidores, pero difícil que vaya cambiar demasiado lo que se viene.
¿Considera un año perdido?
No es que el año sea perdido, sino que lo que uno está viendo es más o menos lo que va a seguir viendo, porque no hay nada que nos diga que las empresas están invirtiendo. Todas las indicaciones que tenemos es que la inversión va a estar baja, los hogares están más preocupados de posible desempleo que de aumentar su gasto de consumo, etcétera. Lo que estamos viendo hoy día, con una tasa de crecimiento que se ubica entre el 2 y 3% lo vamos a seguir viendo el año que viene. Los resultados de acciones para mejorar la confianza en las empresas van a rendir fruto no este año, sino el próximo, si es que las hacemos.
¿Qué tipo de medidas se deben tomar?
Hay que aclarar el poco el panorama que se viene para adelante. Lo que crea incertidumbre para los inversionistas, las empresas, los consumidores, para los hogares, es no tener buena información sobre cuáles van a ser las medidas que va a propiciar el Gobierno. Ya tenemos una reforma tributaria que fue ampliamente rechazada por el empresariado, no sabemos si tendrá algunas enmiendas. Qué indicaciones se le van a hacer en la discusión parlamentaria en la reforma laboral, especialmente en el Senado, no hay claridad. Luego de eso viene otro gran tema que es una reforma constitucional, que es bien complejo porque además no se ha indicado ni qué lo que se quiere cambiar, ni cómo se va hacer ni en qué periodo. La Presidenta habló de forma muy vaga de un proceso constitucional. Ahora para qué, qué es lo que está mal de lo que tenemos, qué tenemos que arreglar. Qué más, qué otros cambios se necesitan, nadie lo ha dicho, se ha hablado en generalidades. Es una incertidumbre tremenda la que se está creando.
¿Se puede esperar que la economía repunte y crezca en torno al 4% con tanto cambios profundos, con tanta incertidumbre que hay?
Yo pienso que no. Desde luego hay factores externos importantes que están gravitando, eso nadie lo pone en duda, precio de cobre más bajo, demanda mundial de cobre a la baja, nuestros principales socios comerciales están en un momento de transición económica importante, todo eso gravita, pero no es lo único.
¿Factores internos?
Estamos viviendo momentos de gran incertidumbre y el grave problema que ha tenido esta Administración es no haber señalado con claridad las reformas que se quieren hacer (…) Cuando uno empieza a mirar todas estas cosas juntas y cuando la retórica de Gobierno es una retórica, yo diría, bastante antiempresarial y antiempresa, entonces uno no debe asombrarse que las empresas digan que van a esperar antes de invertir y de comprometerse con grandes proyectos para saber qué pasa acá.
¿Debería el Gobierno realizar una priorización sobre estos proyectos?
No sé si hay que de dejar de lado algo. Hay que decir lo que se va hacer. Hay que dar una hoja de ruta, hay que decirle al país 'mire, en el tema constitucional lo que nosotros vemos como problemático es a, b y c, y eso lo que queremos cambiar y lo queremos hacer de tal manera' y poner fechas. Eso nos haría un gran favor a todos. Primero, ni siquiera hay un diagnóstico de lo que está mal (…) Que hay cosas que se pueden cambiar, indudablemente que sí, pero indiquemos cuáles son y por qué caminos los vamos a hacer. Falta la hoja de ruta.
Con todo, ¿cómo se vendría el 2016 en crecimiento económico?
El 2016 lo veo muy similar a este año, no veo nada en el horizonte que me haga cambiar una perspectiva bastante pesimista para la economía, ni en lo interno y lo externo. El Gobierno todavía no recibe el mensaje.
Lo que me preocupa es que no veo una voluntad de enmendar el rumbo. Me parece que los gobernantes con sabiduría se darán cuenta que algo anda mal. Las sociedades no toleran las incertidumbres, ni los cambios acelerados sin resentirse. Nuestro gobierno no ha logrado recoger lo que nos dice la experiencia en muchos otros países.
¿Cómo evalúa el trabajo del ministro de Hacienda Rodrigo Valdés?
Hay que darle tiempo, las economías son como grandes buques, no se dan vuelta de inmediato. Habrá que corregir el rumbo, pero todo eso se demora. Me parece que es mejor tener al ministro Valdés que a otra persona, es una excelente persona para efectuar esos cambios. Aunque él no se manda solo, tiene jefa, y es ella la que tiene que cambiar el rumbo no él, aunque él está capacitado para hacerlo.
