ATENAS.- El Parlamento griego aprobó esta madrugada de jueves un segundo paquete de reformas requeridas por los acreedores de Grecia como paso previo a un nuevo rescate, a pesar de las deserciones registradas en el campo del primer ministro Alexis Tsipras.
La votación salió adelante con 230 votos a favor, 63 en contra y 5 abstenciones en un Parlamento con 300 diputados que contó con dos ausencias.
Como se preveía, hubo disidencias dentro del partido gobernante Syriza, aunque menores que en la pasada votación y fueron 36 los diputados que no respaldaron el acuerdo (31 votos negativos y 5 abstenciones), frente a los 39 de la vez anterior.
Entre ellos hubo nombres tan destacados como el de la presidenta del Parlamento, Zoé Konstandopulu, quien además declinó presidir la sesión para mostrar su desacuerdo con las medidas.
En cambio, el ex ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, que votó en contra de las reformas presentadas el miércoles pasado, hoy decidió apoyarlas.
El proyecto de ley contó con una amplia mayoría gracias al respaldo de la oposición de conservadores, liberales y socialdemócratas, como ya ocurrió en la primera votación.
Esta vez, en cambio, no hubo disidencias en el seno del gobierno, tras la remodelación que sustituyó a los miembros díscolos.
Las medidas consistían en la reforma del código civil y la adopción de la directiva europea sobre saneamiento de bancos.
La aprobación de los dos paquetes de medidas era condición imprescindible para que las instituciones, Comisión Europea (CE), Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI), accediesen a sentarse a la mesa para pactar un nuevo préstamo.
En su intervención, Tsipras afirmó que la votación es solo un paso para negociar las condiciones del tercer rescate y aseguró que
el gobierno tratará de buscar "alianzas" entre sus socios para "mejorar" el programa final.
"A partir de mañana (jueves) habrá que negociar de nuevo las condiciones del acuerdo. Tenemos que utilizar cada alianza en Europa para mejorar el acuerdo final", señaló Tsipras en su intervención durante el debate parlamentario.
El jefe del Ejecutivo heleno reiteró que debe aplicar un acuerdo en el que no cree, pero destacó que nadie puede "afirmar que la autoría del programa pertenece al gobierno griego".