SANTIAGO.- Un repollo a $1.198; un kilo de paltas a $3.244; carne de vacuno que no baja de $5 mil el kilo, prácticamente, en ninguno de sus cortes; arroz a más de $1.000 el kilo; porotos sobre los $3 mil, y el litro de leche en más de $800 son parte de la cuenta que los chilenos tenemos que pagar para comer.
Los precios van al alza, y así lo refleja la inflación de los alimentos. La última cifra oficial medida en junio por el INE muestra un reajuste de 7,5% en los últimos 12 meses
(Ver infografía).
Más allá de las cifras y de los porcentajes, quienes más sufren con estas alzas son los más pobres, pues ellos destinan una mayor proporción de sus ingresos a comer .
A nivel internacional, dicha inflación de los alimentos nos sitúa como el segundo país de la OCDE donde más han subido este año. Solo nos supera Turquía, donde el valor de la comida ha experimentado un alza de 9,3% el último año. Los países que nos siguen en los incrementos de productos alimenticios son México, con 4,4%, y Noruega, con 4,2%. Entre los 34 países del grupo, en cinco los precios de los alimentos están más baratos que hace un año.
El ministro de Agricultura, Carlos Furche, explica que en gran parte de los países de la OCDE hay apoyos a los agricultores. "Todos los países de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y Japón entregan subsidios, y eso tiene impacto en el nivel de precios internos", sostiene.
Añade que en Chile, en cambio, tenemos una economía agrícola abierta. "En estos momentos no hay ninguna medida de protección de fronteras ni salvaguardias ni derechos compensatorios ni antidumping", detalla.
En el mundo, los precios disminuyen
Pero mientras en Chile los alimentos suben, en el resto del mundo los precios describen la tendencia exactamente contraria. Así lo muestra el índice de alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de junio, que mide los precios internacionales. Estos han bajado en promedio 21% en doce meses.
Desde hace dos años que los valores tienen una tendencia bajista. Entre junio de 2014 y el mismo mes de 2015, el precio internacional de la carne ha caído 16%; el de los cereales y los aceites vegetales ha bajado 17%; el del azúcar 31%, y el de los lácteos 32%.
En la FAO dicen que en la baja de los precios de los commodities agrícolas han influido las buenas cosechas de los últimos años.
"Los lácteos han mostrado una importante caída respecto a sus máximos históricos, empujados en parte por un aumento en la disponibilidad de estos productos para la exportación y por un debilitamiento de la demanda por parte de los principales importadores", dicen desde la organización.
Añaden que la evolución de los precios del petróleo y fertilizantes, insumos importantes en la producción de alimentos, también ha contribuido en esta disminución.
¿Por qué estas bajas no se traspasan a Chile? Por el dólar
No todos los alimentos que consumimos en Chile están influidos por los precios internacionales. Las hortalizas, las frutas, los huevos, la carne de cerdo y pollo, y la leche líquida se producen internamente.
"Importamos aceite, azúcar, parte de la carne de vacuno, algunos lácteos y estacionalmente cereales", explica el ex ministro de Agricultura y actual rector de la Universidad de Talca, Álvaro Rojas.
Agrega que la baja en los mercados de afuera no se traduce de manera directa en estos productos, porque el precio del dólar ha subido.
Coincide el ministro Carlos Furche, quien aclara que los precios internacionales "hay que leerlos como el costo alternativo de importar, y si el dólar ha subido alrededor de 15 y 18% en los últimos meses, eso ha mitigado la caída de los precios internacionales".
En la FAO reconocen que los precios internacionales tienen implicancias en las economías nacionales, pero aclaran que es necesario tener en cuenta otros elementos que afectan la velocidad y magnitud de la transmisión de precios internacionales hacia los precios internos, tales como políticas cambiarias, comerciales, estructura de los mercados internos, importancia del producto en la dieta nacional y dependencia comercial del país sobre estos productos.
"A pesar de la caída en los precios globales de energía y alimentos, las inflaciones nacionales de la región y en particular de Sudamérica se mantienen en niveles altos. Uno de los factores en común es el proceso de depreciación que están enfrentando las monedas nacionales, lo que ha significado un encarecimiento de los bienes importados", dicen en la organización.
Álvaro Rojas incluye un efecto general en todos los alimentos, que son los costos de comercialización de los supermercados, que es donde se abastece la mayoría de los chilenos. También agrega los costos de energía y combustibles, necesarios para mantener los productos y para transportarlos.