RÍO DE JANEIRO.- La presidencia brasileña destacó este viernes que, pese a que la agencia de calificación de riesgo Fitch rebajó su nota soberana de crédito, aún cuenta con el grado de inversión, que lo califica como un país seguro para los inversores.
"Brasil sigue contando con el grado de inversión según la agencia Fitch pese a la revaluación (de la nota) divulgada este jueves", informó la Secretaría de Prensa de la Presidencia en un comunicado.
Fitch rebajó la nota de "BBB" para "BBB-", el último escalón dentro del nivel de grado de inversión y al borde de una calificación de crédito de inversión "especulativa", según la agencia.
La calificadora, además, atribuyó a la nota brasileña una perspectiva "negativa", lo que deja abierta la posibilidad para nuevas rebajas en el futuro.
Para el país perder definitivamente su grado de inversión necesita que por lo menos dos agencias retiren esa prerrogativa de calificación, algo que hasta ahora tan sólo lo ha hecho Standard and Poor's.
"Hay que destacar que el país es uno de los principales destinos de la inversión extranjera, el sexto del mundo, según la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad)", destaca la nota.
La presidencia alegó igualmente que "adoptó una serie de medidas de control de la inflación y reequilibrio fiscal que contribuirán para estabilizar la deuda pública y recuperar el crecimiento de la renta y del empleo en los próximos años".
Fuerte ajuste
El gobierno presentó este año a consideración del Congreso un severo ajuste fiscal, que incluye aumento de impuestos, reducción de gastos públicos y eliminación de subsidios sociales, para intentar equilibrar las cuentas públicas, que registraron un déficit récord el año pasado.
El ajuste depende de la aprobación del Congreso pero ha sido votado a cuenta gotas debido a la grave crisis política que enfrenta Brasil, a las discrepancias en el seno de la coalición oficialista y a los intentos de la oposición de abrir un juicio político con fines de destitución contra la presidenta Dilma Rousseff.
El ministerio de Hacienda confía en que el ajuste permitirá una recuperación de la economía, que este año debe sufrir una contracción de cerca del 3,0% según las últimas proyecciones de los analistas, así como un mayor control de la inflación, que en 2015 debe cerrar en su mayor nivel en trece años.
En una nota en que comentó la decisión de Fitch, el ministerio reiteró "la confianza en la capacidad de la economía brasileña de retomar un ciclo de crecimiento tras la aprobación del Presupuesto de 2016, que demostrará un fortalecimiento de su desempeño fiscal".
El Ministerio agregó que la economía ha respondido positivamente hasta ahora a las medidas de reequilibrio y que su objetivo es terminar 2016 con un superávit fiscal primario equivalente al 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB).
Según el comunicado, Brasil cuenta con bases favorables importantes para alcanzar ese equilibrio, como reservas internacionales elevadas, una economía doméstica de gran tamaño y un histórico de conquistas económicas y de inclusión social.
"Esas ventajas permitirán que el actual ciclo de reequilibrio de la economía sea virtuoso en caso de que las medidas para tal sean tomadas a tiempo", agrega la nota al referirse a los proyectos de ley por votar en el Congreso.
Según el ministerio, la estabilización fiscal permitirá la retomada de la demanda, la estabilización de la moneda y la reducción de los riesgos que actualmente inciden sobre la inflación, el crédito y los tipos.