SANTIAGO.- Como un estudio "independiente y sin filtro" calificó el economista Sebastián Edwards, la evaluación que -a petición de la Asociación de AFP- hizo del informe elaborado por la Comisión Asesora Presidencial sobre el Sistema de Pensiones, también conocida como Comisión Bravo.
Por esta razón, el también académico de la UCLA aseguró que no se lo presentará a la Asociación de AFP para que lo apruebe, porque -dijo- su análisis "es lo que es".
"Yo sé que la industria está cuestionada, pero creo que alguien independiente tienen que analizar esto, alguien que pueda tener cierta distancia", señaló Edwards en conversación con
"El Mercurio".
El economista sostuvo que cambiar todo el sistema previsional chileno sería una irresponsabilidad y, en este sentido, indicó que la Comisión Bravo propone una serie de mecanismos para darle legitimidad. Sin embargo, destacó lo que a su juicio es una importante omisión del documento.
"Un tema importante no tratado por el Informe es reparar el daño previsional de una serie de empleados públicos que se cambiaron de sistema en los años 80. Esto debe enfrentarse con ecuanimidad y justicia", señaló.
Los puntos débiles del informe
Edwards también indicó que el informe de la Comisión Bravo confirma que el sistema de pensiones en Chile tiene "problemas serios", entre ellos muchas personas, especialmente mujeres, que reciben pensiones muy bajas.
"Los hombres chilenos tienen pensiones, en relación a sus salarios, más altas que en Alemania, Bélgica, Corea, Japón y Gran Bretaña, entre otros. Este no es el caso para las mujeres", dijo.
En este sentido, su propuesta es -primero- aumentar las pensiones que reconozcan a las mujeres y la labor en sus casas, que les den mayores facilidades para completar las lagunas; y -segundo- hacerlos como en casi todas partes del mundo, que las tasas de supervivencia sean únicas.
Según el economista, además es necesario aumentar en a lo menos un 20% el componente solidario y ampliar su cobertura al 80% más pobre. Asimismo, estimó que la tasa de cotización debe aumentar a 14 o 15% de forma gradual, y que la edad de jubilación de hombres y mujeres debe igualarse en forma lenta, un año por año. "Todo esto es urgente", sentenció.
Consultado respecto a los puntos débiles que halló en el informe de la Comisión Bravo, Sebastián Edwards indicó que el documento no evalúa en detalle las consecuencias que algunas de sus propuestas tendrán sobre el resto de la economía.
"No hay cálculos de cómo las mayores contribuciones recomendadas (4% en la Propuesta A y 10% en B) afectarán el empleo. Tampoco hay cálculos detallados sobre el impacto fiscal de las propuestas", afirmó.