WASHINGTON.- La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el miércoles un acuerdo de dos años que evita incumplir con el límite de la deuda y elimina algunos controvertidos plazos fiscales para el posible nuevo presidente del cuerpo Paul Ryan.
La Cámara baja aprobó por 266 votos a favor y 167 en contra un acuerdo de presupuesto negociado por el saliente presidente del órgano, el republicano John Boehner, la Casa Blanca y otros líderes del Congreso que aliviará los temores de los mercados sobre una posible cesación de pagos (default) la próxima semana.
El acuerdo extiende el límite federal de la deuda hasta marzo del 2017 y flexibiliza controles automáticos a los desembolsos para sumar 80.000 millones de dólares en nuevo gasto discrecional en dos años, divididos de igual forma entre los programas militares y los externos a defensa.
También evita un alza en las primas no hospitalarias del servicio de salud Medicare y contiene las primeras reformas importantes al seguro de invalidez del Seguro Social desde 1983.
A último minuto se eliminó una provisión para reducir los subsidios a los seguros para las cosechas en 3.000 millones de dólares, que buscaba ayudar a pagar el proyecto, según dijo el presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Representantes, Michael Conaway. Legisladores de estados agrícolas habían objetado la medida.
El acuerdo, que cuenta con el respaldo de Ryan, obtuvo apenas 79 votos republicanos y contó con el apoyo de 187 demócratas. Ryan ha prometido que no presentará nuevos proyectos a la Cámara a menos que pueda lograr el sostén de la mayoría de los 247 legisladores republicanos del órgano.
El proyecto de presupuesto ahora avanza al Senado, donde algunos conservadores han prometido que intentarán bloquear su avance con obstáculos de procedimiento.
La nominación de Ryan por el Partido Republicano a la presidencia de la Cámara de Representantes pone fin a semanas de agitación en el conglomerado, que tuvo dificultades para alcanzar un consenso sobre el reemplazante de Boehner, y marca un potencial giro hacia una postura más conservadora.