El fracaso es tal, que congresistas de todos los sectores han pedido la salida de su cargo del jefe de Estadio Seguro, José Roa.
Pese a todo esto, el programa gubernamental perteneciente a la Subsecretaría de Prevención del Delito parece gozar de buena salud financiera. El Congreso le aprobó un presupuesto para 2016 de $1.308 millones, lo que representa un incremento del 4,3% respecto al presupuesto 2015. En cinco años, este plan totaliza fondos por $7.142 millones, consigna
El Mercurio.
En lo que respecta a este 2015, según los datos de la Dirección de Presupuesto (Dipres) a octubre de este año sólo se habían utilizado $412.597.000, lo que equivale al 32% de los montos aprobados en el erario.
El aumento de estos recursos se da en medio de un fuerte cuestionamiento a la eficacia del plan. Un estudio encargado por el Gobierno en 2014 reveló que los seguidores del fútbol ponían nota 2,6 a este programa, en una escala en que 10 es el máximo.
¿La razón esgrimida? Que las medidas adoptadas para mejorar la seguridad en los estadios alejaban a los aficionados pacíficos (con excesos de controles en los accesos de los estadios y dificultades para acceder a las entradas, por ejemplo) y no sancionaban con eficacia a los delincuentes que van al estadio.
El jueves, la Comisión de Deportes de la Cámara de Diputados realizó una sesión especial para conocer la situación.
En esa instancia, el jefe del Plan Estadio Seguro, José Roa, aseguró que entregarán un informe mañana al ministro del Interior con propuestas para mejorar el plan.