Una de las empresas que se han visto envueltas en los escándalos es Mitsubishi.
Reuters
TOKIO.- El Gobierno de Japón anunció hoy que intensificará su vigilancia sobre los fabricantes automovilísticos nacionales y sus métodos para medir el consumo de los vehículos, tras las irregularidades desveladas por Mitsubishi y Honda Motor.
Las autoridades niponas realizarán inspecciones sorpresa en las instalaciones de los fabricantes, y en caso de hallar prácticas que no se ajusten a la normativa, podrán prohibir de forma automática la venta de los modelos de automóviles afectados, según dijo hoy el ministro nipón de Transporte, Keiichi Ishi.
"Vamos a actuar de forma rápida y con todas las medidas posibles para evitar que se cometan irregularidades", afirmó hoy en rueda de prensa Ishi.
El ministro nipón aludió así al escándalo desvelado en abril por Mitsubishi, que desde 1991 falseó los resultados de pruebas de eficiencia de combustible de unos 625.000 vehículos de cuatro modelos.
A raíz de este caso, el Gobierno solicitó a todos los fabricantes nacionales que realizaran investigaciones internas para comprobar si cumplían los estándares nipones sobre pruebas de consumo de combustible y de emisiones contaminantes, lo que hizo aflorar más irregularidades cometidas por Suzuki Motor.
Esta compañía admitió que ha empleado desde 2010 métodos para determinar el consumo de sus vehículos que no se ajustaban plenamente a la normativa nacional, lo que afectó a unos dos millones de vehículos de 26 modelos.
Debido a estas irregularidades los automóviles fueron comercializados con datos de consumo mayores que su gasto real, aunque a diferencia de Mitsubishi, las prácticas de Suzuki no incluían la manipulación de determinados parámetros en las pruebas de eficiencia energética, según la empresa.
Hasta la fecha, el Ministerio de Transporte daba por válidos los datos que le remitían los fabricantes sin realizar más comprobaciones, pero tras estos dos casos ha decidido emprender un control más activo sobre el sector.