BUENOS AIRES.- "Tuvimos metas muy ambiciosas en un país que no estaba listo". Ésta fue una de las conclusiones del ministro de Hacienda de Argentina, Nicolás Dujovne, en una entrevista con el programa Odisea.
En medio de la crisis cambiaria, y sobre el plan que tiene el Gobierno para lograr cumplir las metas fiscales, el secretario de Estado se reunirá hoy con el FMI para renegociar la ayuda financiera.
Dujovne volvió a hacer hincapié en la decisión del Presidente Mauricio Macri de exigir al Fondo un programa más flexible en relación al acordado en el mes de junio, lo que permitiría adelantar a 2019 el financiamiento disponible previsto para 2020-2021.
"Estamos enfocados en generar una total certidumbre sobre el programa financiero de la Argentina del año próximo y, por lo tanto, hemos adoptado dos decisiones: bajar el tamaño del déficit, de esta manera la Argentina necesita un financiamiento más pequeño; por otro lado, queremos tener más fondos disponibles, con lo que logremos que la Argentina no necesite al mercado en eventuales circunstancias", indicó.
Y agregó: "Con el programa anterior percibíamos que el financiamiento disponible del déficit que estábamos proyectando para el año próximo era el adecuado, pero luego se profundizó la sequía de fondos en los países emergentes con la corrida contra la moneda en Turquía, la depreciación del real brasileño y la crisis de los cuadernos de la corrupción kirchnerista".
"Nuestra visión es eminentemente fiscal. Es un impuesto malo, pero más malo nos parece en este momento el déficit fiscal, por las consecuencias que genera en términos de inestabilidad, volatilidad cambiaria, inflación y todo lo que conlleva sobre la pobreza y el crecimiento económico"
Dujovne
Asimismo, comentó que, con el tipo de cambio real actual, la Argentina es "más competitiva que en los últimos ocho o nueve años". Y añadió: "El tipo de cambio puede moverse un poco para arriba o para abajo, pero es un tipo de cambio flotante.
Finalmente, el ministro admitió que al Gobierno "le ha ido mal con la inflación. Fuimos muy ambiciosos con muchos objetivos a la vez, al inicio de esta gestión. Bajar el déficit, corregir los precios relativos -teníamos muchos precios desalineados en la economía, que valían un décimo de su valor de equilibrio-, un tipo de cambio que estaba situado a la mitad del tipo de cambio que cotizaba en el mercado. En el medio, tuvimos metas de inflación muy ambiciosas en un país que no estaba listo para tener un esquema de metas".
Y agregó: "Estamos seguros de que va a ir bajando el año próximo, pero sin duda que volver al pasado, a los esquemas de controles de precios y volver a los secretarios de Comercio con revólveres en la mesa sin duda no es el esquema que vamos a elegir".