Por estos días "la reducción de la jornada laboral" es el tema que parece haberse robado el foco de atención de todos. Es que más allá de si se bajarían a 40 o 41 horas de trabajo semanales, oposición, Gobierno, ciudadanía y sector privado se debaten en torno a la modalidad en que debería hacerse dicha modificación: de forma inmediata o de forma gradual.
Sin embargo, y dejando de lado las diferencias entre el proyecto del Partido Comunista y el del Ejecutivo, un país resuena constantemente como ejemplo de ambas iniciativas: Dinamarca. Así, mientras la diputada Camila Vallejo cita al país nórdico como un modelo a seguir en cuanto a la cantidad de horas trabajadas y su alta productividad, el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, lo nombra para recalcar la importancia de la flexibilidad en el mercado laboral, algo clave en el sistema danés.
De esta forma, en medio del intenso debate a nivel nacional, Emol revisó en detalle cómo funciona el exitoso sistema de Dinamarca, el cual se basa en tres pilares llamados "el triángulo de oro" y que recibe el nombre de "Flexicurity" o "Flexiguridad", una mezcla de los conceptos de "flexibilidad" y "seguridad".
El modelo danés: La Flexiguridad
Fue a fines de los ´90 cuando el en ese entonces ministro del Trabajo, Ad Melkert, dio origen al concepto de la "Flexiguridad" en Dinamarca. Desde sus inicios se trató de una idea que buscaba generar más empleos y, al mismo tiempo, proteger a sus trabajadores. ¿La piedra base? Tres pilares conocidos como "el triángulo de oro": Flexibilidad, seguridad y apoyo.
75% tasa aprox. de sindicalización en Dinamarca. En Chile bordea el 20%
Así, el modelo se basa en la alta protección que tienen los trabajadores y en el importante rol negociador de los sindicatos con las empresas, de hecho, la Confederación Sindical Internacional -entidad a la que también pertenece la CUT- tiene a Dinamarca como uno de los países más destacados en el ámbito de condiciones laborales y seguros.
Además, el sistema establece reglas flexibles para la contratación y despido, lo cual permite a los empleadores despedir trabajadores en tiempos de descenso de actividad y contratar a personal nuevo cuando mejora la situación.
En esa línea, en los períodos de transición entre puestos de trabajo, la "Flexiguridad" ofrece un modelo de bienestar generoso, basado en seguros de desempleo y políticas activas en el mercado laboral para ayudar a los trabajadores a buscar un nuevo oficio y/o a mejorar sus conocimientos para aspirar a nuevas labores.
Y para que los seguros de desempleo no actúen como un desincentivo a buscar trabajo, la legislación danesa establece que desde el primer día de cesantía, la persona tiene el derecho a recibir ayuda económica. Pero después de 3 a 9 meses, dependiendo de la edad, tiene la obligación de participar en las llamadas "actividades de activación".
Hay tres tipos de estrategias de activación: Orientación y mejora de cualificaciones; prácticas en una empresa; un trabajo con salario subsidiado, este puede ser en el sector público o privado. De no participar en estos programas a partir de los meses correspondientes, el trabajador no recibirá los fondos de los seguros.
La jornada laboral danesa y los datos que la respaldan
A diferencia de Chile, Dinamarca es un país desarrollado. Tiene un PIB de US$332 mil millones, una población de 5.806.100 personas, una tasa de crecimiento que bordea el 2% anual y un salario promedio después de impuestos, es decir, el que llega al bolsillo de las personas, de unos 2.580 euros (unos $2 millones).
US$57.540 PIB per cápita de Dinamarca. El de Chile es de US$25.000 aprox.
De todas formas, cabe destacar que legalmente no existe un salario mínimo establecido, pero estadísticamente se puede decir que el sueldo base en ese país, se acerca a los 2.000 euros al mes (unos $1,6 millones). Así también es necesario precisar que los daneses pagan en torno a un 40% de impuestos, lo que explica la gratuidad y calidad de su educación.
En casi todos los casos, en el país escandinavo se paga por hora y semanalmente, considerando una jornada laboral de 37 horas promedio a la semana y un total de cinco semanas de vacaciones al año, la cual se ha ido extendiendo gradualmente hasta las seis.
Así, de la mano con altos índices de productividad que han ido en aumento tras la implementación del "triángulo de oro", Dinamarca se ha convertido en un modelo a seguir y la misma Comisión Europea ha destacado el sistema nórdico como un "ideal" en el mercado laboral.
Sin embargo, pese a que se encuentra en el horizonte de muchas economías, expertos laborales y tributarios de todo el mundo e incluso daneses han advertido sobre la aplicabilidad de la "Flexiguridad", ya que su éxito requiere de un desarrollo elevado de sistemas de bienestar.
De hecho, la doctora en Ciencias Económicas María Blanco de la Universidad Complutense de Madrid, comentó en
EmolTV que "obviamente el concepto suena perfecto, pero
yo soy escéptica respecto a la posibilidad de trasponer un modelo de un país a otros países, porque las circunstancias económicas de Chile no tienen nada que ver con Dinamarca".
En ese sentido, recalcó que si bien es correcto plantearse ciertos modelos como guías, "hay que tener una visión más amplia" y considerar temas como la productividad de esos países, la balanza comercial, la cultura, el desarrollo, etc.
"Más que reducción de la jornada, la flexibilidad del mercado laboral es clave y es uno de los puntos más oscuros en la economía española... en Chile también es un problema"
María Blanco, doctora en Economía
"Los países nórdicos tienen una mentalidad distinta, una cultura de esfuerzo en el trabajo muy diferente. Por ejemplo es muy raro que en España los universitarios trabajen, allá es lo normal (...) entonces cuando comparamos, hay que considerar siempre la sostenibilidad de esos modelos en nuestros países, donde tenemos culturas y datos económicos diferentes".