No solo en términos sociales y políticos este 2019 -sobre todo en su último tramo- ha sido intenso para el país, sino que otro tema que se tomó la agenda en Chile durante este año fue el relacionado con el laboral:
el proyecto de "40 horas", la influencia migratoria, la ley de inclusión y los niveles de empleo son algunos ejemplos.
Esto último influenciado en parte por la crisis social desatada el pasado 18 de octubre. Van más de 140 mil despidos por necesidad de la empresa desde el estallido, y solo en noviembre este ítem creció 85% respecto al mismo mes del año anterior.
De hecho, mañana el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dará a conocer las cifras de desempleo durante el trimestre móvil septiembre-noviembre, donde algunos expertos prevén que este se acerque al 9% -lo que sería el más alto desde 2010-, mientras que el Banco Central proyecta que durante los primeros meses de 2020 la tasa de desocupación alcance los dos dígitos.
En este contexto, según Natalia Zuñiga, directora de marketing y comunicaciones de la consultora de Recursos Humanos Randstad, el "52% de los trabajadores asegura tener miedo a perder su empleo debido al actual momento que vive Chile". Lo anterior, de acuerdo a un sondeo realizado por la firma a más de 2.500 trabajadores.
Por ello, Zuñiga recomendó que "aunque se deben abordar con urgencia los temas que tienen que ver con las medidas que se van a implementar para proteger la seguridad e integridad de los colaboradores y entregar las directrices sobre cómo va a continuar la operación, es imprescindible ofrecer contención emocional, sobre todo considerando que la angustia y el cansancio repercuten de manera negativa en el rendimiento de la gente".
Las 40 horas
Otro tema que se robó la atención ciudadana fue la discusión en torno a reducir la jornada laboral.
Todo comenzó en mayo, cuando el Gobierno presentó su proyecto de reforma laboral el cual apuntaba a la flexibilidad y proponiendo 180 horas de jornada mensual. Mismo mes en que las diputadas comunistas Camila Vallejo Karol Cariola irrumpieron con otra iniciativa: bajar la jornada semanal de 45 a 40 horas.
Pese a que el Ejecutivo en ese entonces recalcaba que aquella idea era "inconstitucional" e iniciara movimientos para contrarrestarlo, el amplio respaldo ciudadano y político que ganó el proyecto de las mencionadas parlamentarias hizo que este fuera avanzando en su debate legislativo.
Así, el pasado 7 de noviembre la Sala de la Cámara de Diputados despachó al Senado las "40 horas". El oficialismo no logró agregarle el tema de flexibilidad al proyecto, pero sí se pudo establecer gradualidad en su aplicación, lo que de todas maneras podría ser modificado en su discusión en la Cámara Alta.
"El original no era un buen proyecto y es un proyecto que se ha corregido afortunadamente en la comisión, ahora en la Sala, se incorporó temas que eran fundamentales como la gradualidad", comentó la ministra del Trabajo, María José Zaldívar, luego de que los diputados aprobaran en particular la iniciativa y marcando un notorio cambio de tono respecto a su antecesor, Nicolás Monckeberg. En todo caso, Zaldívar se mostró disponible a revisar la posibilidad de llevar el proyecto hasta el Tribunal Constitucional (TC).
La idea de Vallejo y Cariola vivió su última polémica de 2019 hace dos semanas, cuando en su informe final la comisión transversal de expertos convocados por el Gobierno, además de deslizar una serie de recomendaciones para implementar la reducción de jornada, llamara a suspender temporalmente la tramitación del proyecto atendiendo "el delicado contexto económico del país y sus proyecciones en materia de crecimiento y desempleo".
"Están buscando excusas para no dar respuesta a la ciudadanía en relación a sus demandas", sostuvieron las diputadas impulsoras de la iniciativas, haciendo un llamado a lo senadores a "no dejarse persuadir" por este panel, compuesto por el ex ministro de Hacienda Rodrigo Valdés, los ex presidentes del Banco Central, Rodrigo Vergara, Vittorio Corbo y José de Gregorio, además de destacados nombres del mundo académico y político.
Fuerza laboral extranjera
El mercado laboral de este 2019 también ha estado marcado por el desafío que implica la creciente población migrante en el país. "Este fenómeno generó un aumento de la fuerza laboral en un millón de personas durante los últimos 4 o 5 años", señaló Zuñiga.
Lo anterior, agregó, genera "presión en la velocidad y capacidad que tenga la economía chilena para generar nuevos puestos de empleo".
De acuerdo al estudio "Migración en Chile: Evidencia y mitos de una nueva realidad", editado por Nicolás Rojas (U.Alberto Hurtado) y José Tomás Vicuña (Servicio Jesuita a Migrantes) y dado a conocer el pasado septiembre, las estimaciones más recientes apuntan a que hay cerca de 1,2 millones de inmigrantes contabilizados en Chile, equivalente a alrededor del 7% de la población total y quienes contribuirían con cerca del 0,4% del PIB nacional.
Según un informe elaborado por la Dirección del Trabajo algunos meses antes, solo se estima un efecto negativo en el mercado laboral cuando la participación de extranjeros supera el 10%.
Ley de Inclusión y perfiles "blandos"
En abril de 2018 entró en vigencia la ley de Inclusión Laboral para Personas en Situación de Discapacidad, la que exigía que las empresas con más de 200 trabajadores, el 1% de sus empleados tenga algún grado de discapacidad. Y este año la normativa se endureció: lo mismo debieron implementar las compañías con más de 100 trabajadores.
Para la ejecutiva de Randstad, esta normativa "representó un avance en cuanto a la integración al mercado laboral de personas en situación de discapacidad, más todo lo que conlleva obtener un empleo, como mayor calidad de vida, aumento de la autoestima, fomento de la autonomía, conseguir un rol activo de la sociedad y tener la oportunidad de aprender continuamente".
De acuerdo a un estudio de la misma firma, incluso hay empresas que han querido ir más allá de la reserva legal: 19% de las organizaciones tiene planes de atracción y retención de talento enfocados en trabajadores con discapacidad, siete puntos porcentuales más que el año anterior,
"Realizar un esfuerzo puntual para cumplir con la cuota es solo un paso aislado y a corto plazo, y no representa una estrategia integral, que sea sostenible a lo lar del tiempo", acotó Zuñiga.
Asimismo, destacó el exponencial crecimiento en la demanda de perfiles con competencias "blandas" por parte de la compañías, y que, aseguró, "son las actitudes que impiden que las personas sean reemplazadas por robots. Por eso, y de manera crucial, es ineludible preparar el sistema educativo para las ocupaciones del siglo XXI".
Seguido de ello, aconsejó que el país opte por el camino de la innovación y la transformación digital, asegurando que la automatización "realmente tendrá un efecto neto positivo en el mercado laboral, aumentando el empleo 0,5% anual. Esto porque la tecnología aumenta los ingresos de las personas dando impulso a la economía y al consumo, generando mayor producción y trabajo en todas las industrias".