Nadie puede asegurarlo, pero un corte completo del suministro parece poco probable, porque sería mutuamente dañino.
Autoridades rusas no han dado señales de que considerarían cortar el abastecimiento en caso de recibir nuevas sanciones. Moscú depende de la exportación de energía, y aunque recientemente firmó un acuerdo con China, Europa es la gran fuente de ingresos.
Por su parte, Europa también depende de Rusia, por lo que cualquier abanico de sanciones de occidente probablemente evitarían apuntar a las reservas energéticas de Rusia.
Es más probable, según expertos, que Rusia retenga gas que es enviado a través de gasoductos que cruzan Ucrania. Rusia transportó 175.000 millones de metros cúbicos de gas a Europa el año pasado, y una cuarta parte pasa por esas cañerías, de acuerdo a S&P Global Platts. Eso dejaría operativas sólo las cañerías que funcionan bajo el Mar Báltico y a través de Polonia.
"Creo que en el evento de un ataque menos severo de Rusia contra Ucrania, los rusos casi con toda seguridad cortarían el gas que transita a través de Ucrania rumbo a Alemania", afirmó Don Fried, ex diplomático estadounidense, quien como coordinador del Departamento de Estado para políticas de sanciones, ayudó a establecer las medidas que en 2014 se aplicaron contra Rusia, cuando anexó unilateralmente la península ucraniana de Crimea.
Rusia podría ofrecer compensar el gas perdido si es que Alemania aprueba el polémico proyecto del nuevo gasoducto Nord Stream 2, cuyos operadores podrían encarar potenciales sanciones de EE.UU., aunque una votación reciente para esos efectos no llegó a puerto.
Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de EE.UU., dijo el domingo a cadena NBC que el gobierno de Biden se ha coordinado con sus aliados, y que "si Rusia invade Ucrania, de una manera u otra, Nord Stream 2 no seguirá adelante".
Interrumpir el suministro de gas por rutas que no sean los gasoductos que pasan por Ucrania parece ser menos probable: "Si se exceden, harán que el quiebre con Europa sea irreparable, y tendrían que vender su gas y petróleo a otros compradores", añadió Fried.
Los estadounidenses son un gran productor de gas y actualmente ya están enviando gas natural licuado (GNL) a niveles récord a todo el mundo. Sin embargo, esto sólo podría ayudar levemente a Europa.
"Estamos hablando de un pequeño incremento en las exportaciones de EE.UU., mientras que el vacío que Europa tendría que llenar si Rusia se retira o si Europa le cierra las puertas a Rusia, sería mucho más grande", afirma Ross Wyeno, analista de S&P.
El gobierno de Biden ha estado en conversaciones con productores de todo el mundo para saber si pueden aumentar su capacidad de producción y exportar a Europa, y ha estado trabajando en identificar reservas de gas natural en África del Norte, el Medio Oriente, Asia y en los propios Estados Unidos.
El gobierno también ha conversado con compradores para que se aguanten. "Si hay algún país que estaba pensando en adquirir GNL que en realidad no necesita, ¿podría dejárselo a Europa?", explica Amy Myers Jaffe, directora del Laboratorio de Políticas Climáticas en la Universidad de Tufts, mencionando a Brasil o países asiáticos en esa situación.
Durante el mes pasado, dos tercios de las exportaciones estadounidenses de GNL fueron a Europa. Algunas embarcaciones cargadas con GNL que se dirigían hacia Asia, fueron redirigidas a Europa, porque los compradores ofrecían pagar precios más altos, afirma S&P.
No lo hay en el escenario de un corte completo, y tampoco puede aumentarse su producción de un día para otro. Los terminales de exportación cuestan miles de millones de dólares en construirse y los que hay se encuentran trabajando a máxima capacidad en Estados Unidos.
Incluso si las instalaciones de importación europeas trabajaran a su mayor capacidad, la cantidad de gas sería alrededor de dos tercios de lo que Rusia envía a través de gasoductos, afirma Jeffe.
También existirían desafíos sobre la distribución de GNL a partes de Europa donde existen menos conexiones de gasoductos.
Si Rusia sólo dejara de enviar el gas que pasa por Ucrania, sería el equivalente a 1,27 cargamentos adicionales de GNL diarios para reemplazar ese suministro, dice Luke Cottell, analista senior de GNL en S&P. Rusia también podría redirigir parte de ese gas a través de otras cañerías, reduciendo la necesidad de GNL adicional a cerca de media carga diaria, agrega el experto.
Rusia ha estado cumpliendo con sus contratos de largo plazo para entregar gas a Europa, pero ha estado vendiendo menos en el mercado al contado y no ha estado rellenando los contenedores de almacenamiento que posee en Europa, afirman expertos. "Ya sucedió, no es algo teórico", afirma Jaffe.
Los recortes de gas al contado han contribuido al incremento de los precios en Europa. Pasaron de ser unos 166 euros (190 dólares) por megawatt hora en diciembre, a más de ocho veces ese nivel al inicio de 2021. Los precios han bajado a unos 80 euros por kilowatt hora a medida que más cargas de GNL llegan.
Pero los consumidores están sintiendo el peso de cuentas de energía eléctrica y de gas más altas. Los gobiernos europeos están desplegando subsidios y excepciones tributarias para ayudar a aliviar la carga para los hogares.