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Anuncios, reflexiones, memes y disputas públicas: La relación de Elon Musk con Twitter antes de adquirirla

Fue en 2017 cuando el hombre más rico del mundo expresó -medio en broma, medio en serio- su intención de comprar la red social.

27 de Abril de 2022 | 09:43 | Por Ignacia Munita C., Emol
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Reuters.
Finalmente, Elon Musk, el hombre más rico del mundo, se convertirá en el dueño de Twitter, tras alcanzar un acuerdo de compra por US$44.000 mil millones. Con esto, el fundador de Tesla y SpaceX extendió su incursión desde la industria de la movilidad eléctrica y aeroespacial, hasta los medios de comunicación y plataformas digitales.

Se trata de una de las redes sociales más utilizadas en la actualidad, que comenzó a operar el 15 de julio del año 2006, de la mano de Jack Dorsey, Noah Glass, Biz Stone y Evan Williams. El primer tuit fue publicado por Dorse, con un mensaje que decía "just setting my twtrr", lo que traducido significa "ajustando mi twtrr".

En pocos años, la empresa pasó de ser un negocio formado por 18 persona a convertirse en una multinacional con presencia en decenas de países. De hecho, en la actualidad cuenta con 1,3 mil millones de cuentas creadas, de las cuales 330 millones corresponden a usuarios activos.

Se ha convertido en un foro privilegiado, y a menudo conflictivo, en el que se dirime el debate sobre temas políticos y sociales, así como en uno de los frentes más cruentos de la guerra en torno a los límites de la libertad de expresión. En ese sentido, pese a no ser la plataforma más poblada, es una de las más influyentes a la hora orientar las conversaciones globales.

Así, fue en 2017 cuando Elon Musk escribió en la plataforma "Me encanta Twitter", por lo que un usuario le sugirió entonces que comprara la red social, a lo que el multimillonario respondió "¿Cuánto cuesta?". Y si bien fue un diálogo bastante escueto, bien ejemplificó y casi sirve de premonición para lo que ocurriría cinco años más tarde. Esto, pues el magnate tiene ideas propias sobre cómo debe gestionarse la libertad de expresión en este medio en particular, y su llegada promete alterar las reglas con las que actualmente se relacionar sus usuarios.

"La libertad de expresión es el cimiento de la democracia, y Twitter es la plaza digital donde se debaten temas vitales para el futuro de la humanidad", señaló Musk poco después de que se concretara la transacción.

A su juicio, la empresa "tiene un enorme potencial. Tengo muchas ganas de trabajar con la firma y con la comunidad de sus usuarios para sacarle todo el partido". El flamante propietario también promete incorporar "nuevas prestaciones, compartir los algoritmos en código abierto -de modo que cualquier pueda consultar el funcionamiento de sus decisiones-, derrotar a los bots -dedicados a la difusión- de spam y certificar que todos los usuarios son humanos".

Lo cierto es que desde un principio el multimillonario ha destacado por ser uno de los usuarios más activos y famosos de Twitter, acumulando más de 85 millones de seguidores. Es más, él tuitea con frecuencia, a veces con un toque incluso controversial.

En su momento la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos incluso le prohibió tuitear sobre los asuntos de Tesla después de que un mensaje suyo hiciera que el precio de sus acciones se desplomara en US$14.000 millones, y fue demandado por difamación tras un tuit en el que llamó "pedófilo" a un buzo que participó en el rescate de un grupo de jóvenes en una cueva en Tailandia el año 2018, caso que finalmente ganó Musk.

"La libertad de expresión es el cimiento de la democracia, y Twitter es la plaza digital donde se debaten temas vitales para el futuro de la humanidad"

Elon Musk, dueño de Twitter
Pero la historia de la adquisición de Twitter comenzó el 14 de abril de este año, cuando el fundador de Tesla anunció que quería comprar la empresa para hacer de esta un lugar más acorde con sus ideales, contrarios a cualquier tipo de intervencionismo. En esa época, no entregó detalles de cuánto estaba dispuesto a pagar.

Con todo, el consejo de administración de la red social reaccionó poniendo en marcha una maniobra corporativa para dificultar que Musk, quien también es consejero delegado de la aeronáutica SpaceX, además de participar en el negocio de la sanidad, inteligencia artificial e infraestructura, se hiciera con el control de la plataforma. La cláusula, conocida en el mundo económico como poison pill (píldora venenosa), se presentó con una vigencia hasta el 14 de abril de 2023, lo que permitía ganar tiempo a la dirección actual.

No obstante, la negociación cambió de rumbo cuando Musk reveló la semana pasada que disponía de US$46.500 millones para hacer efectiva la compra.

Como usuario, el hombre más rico del mundo emplea la red social con un estilo propio. No es de extrañar que en un día cualquiera en su cuenta aparezca una mezcla de anuncios empresariales relevantes, enigmáticas reflexiones de apariencia profunda, banalidades, memes y disputas públicas.

Por ejemplo, el año pasado solamente se vio involucrado en una polémica con el senador demócrata de 80 años Bernie Sanders, luego de que este escribiera un tuit que decía "debemos exigir a los extremadamente ricos que pague por su parte justa –de impuestos-. Punto".

Frente a esto, Musk, que se dio por aludido, le respondió "me pasa todo el tiempo que olvido que sigues vivo". También, en ocasiones, el magnate utiliza ese foro para dar pistas sobre sus volátiles intenciones. Uno de los últimos tuits que cabe interpretar en esa clave lo publicó el domingo, al poner simplemente la frase "moving on" (seguimos avanzando).

En otro, publicado este lunes, escribió "espero que hasta mis mayores críticos permanezcan en Twitter. Eso significa la libertad de expresión".
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