Después de meses de espera y varios aplazamientos, el Ejecutivo presentó la ley corta para dar respuesta al fallo de la Corte Suprema que, entre otras cosas, instruyó a la Superintendencia de Salud a determinar el modo en que las isapres deberán aplicar la tabla de factores única de diciembre de 2019 y devolver los cobros en exceso.
La iniciativa era esperada por todos porque podría presentar la hoja de ruta para terminar con la incertidumbre que pesa desde hace meses en relación a la crisis financiera que enfrentan las aseguradoras sobre el sistema prestador privado.
A 20 días de que culmine el periodo otorgado por el máximo tribunal, el Gobierno ya presentó el detalle de las deudas de cada isapre, que se estima en US$1.400 millones, y además, definió en su propuesta -ingresada por el Senado- que serán las isapres las que deberán realizar sus propios cálculos, cuantificando de afiliados y montos que restituir, además del plan de cómo lo realizarán. Esto, en un plazo de seis meses después de aprobada la ley en el Congreso.
Una vez cumplido lo anterior, corresponderá a la Superintendencia de Salud recibir ese plan, para posteriormente, derivarlo a un consejo especial conformado para la ocasión, el cual estará presidido por un experto nombrado por el Ministerio de Salud. Dicho grupo tendrá, a su vez, otros seis meses para emitir recomendaciones en base al plan presentado por las isapres.
Luego de ello, empezarán a correr los 30 días que tendrá la Superintendencia de Salud para pronunciarse sobre el plan: esto es, aprobarlo o rechazarlo.
¿Y si es rechazado? En caso de que esto ocurra, las isapres deberán presentar una nueva propuesta en un máximo de 30 días. Ahora, si esta es denegada nuevamente, será el regulador -la Superintendencia de Salud- el que fijará un plan de devolución.
Los grupos detrás
Según los registros de la Superintendencia de Salud, actualmente existen siete isapres abiertas en Chile: Banmédica, Colmena, Consalud, Cruz Blanca, Esencial, Nueva Masvida y Vida Tres.
De estas, hay dos que tienen el mismo dueño: UnitedHealth Group, conglomerado estadounidense controlador de Banmédica y Vida Tres.
Este holding ha hecho noticia en el último tiempo, pues mediante una carta formalizó su solicitud de iniciar la primera fase de un potencial litigio internacional -a través de los mecanismos de resolución de controversias establecidos en el Tratado de Libre Comercio- por lo que califica como falta de certeza jurídica para las isapres.
Otro grupo extranjero es el inglés
Bupa, dueño de
Cruz Blanca, una de las empresas en el ojo del huracán debido a las millonarias pérdidas que mantiene, el incumplimiento del contrato con Clínica Indisa por reajuste de los valores de servicios según el IPC, y los masivos despidos que efectúo hacia fines del año pasado.
A lo anterior se suma que se convierte en la isapre que tendrá que reintegrar la mayor cantidad de dinero a sus afiliados.
Desde 2017 que Nexus Chile, firma de salud ligada al fondo estadounidense Nexus Partners, controla la isapre Nueva Masvida, y pese a que intentó adquirir Colmena, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) prohibió la operación tras concluir que ella reduciría sustancialmente la competencia en el mercado.
En 2013 Colmena, cuyo accionista mayoritario era Carlos Trucco, fue comprada por un fondo de inversión gestionado por LarrainVial y que entre sus principales aportantes se encontraba el holding Bethia.
Consalud, en tanto, es la isapre controlada por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), por medio de su brazo de inversiones ILC.
La última isapre abierta que entró al mercado lo hizo en enero de 2022. Se trata de Esencial, vinculada con la Corporación Chileno Alemana de Beneficencia (CCAB), que aprobó un aumento de capital por un monto de $24 mil millones, operación que realizó a través de Grupo Alemana, la división que reúne a sus actividades en el área de la salud.
Cifras en torno a la industria
Al caracterizar por cantidad de cotizantes, los datos al cuarto trimestre de 2022 revelan que Colmena tuvo en promedio 428.562 personas registradas como cotizantes.
Le siguió Consalud, que totalizó en promedio 409.730 cotizantes; luego estuvo Banmédica, con 397.230 cotizantes; Cruz Blanca con 381.289 cotizantes; Nueva Masvida que anotó 183.878 cotizantes; Vida Tres, con 69.771 cotizantes; y finalmente Esencial, con 2.098 cotizantes.
Tras la irrupción de la pandemia, el congelamiento de los precios de los planes de salud -que frenó los reajustes de 2020 y 2021, manteniendo con ello los valores de 2019-, sumado al crecimiento de las atenciones de salud y de las licencias médicas, llevaron a las isapres a acumular dos años consecutivos de pérdidas, pese a que estas tendieron a moderarse hacia el cierre del ejercicio previo.
Esto, porque si en 2021 las aseguradoras anotaron una histórica merma de $148.465 millones, a diciembre del año pasado registraron una caída de $138.117 millones, según los reportes de la Superintendencia de Salud.
La que lideró en mermas fue Cruz Blanca, anotando un resultado de -$42.963 millones. Luego se ubicó Banmédica, con -$32.277 millones.
Tras ella se ubicó Consalud, con una baja de $26.563 millones; y le siguió Colmena, con -$26.031 millones. Mucho más atrás estuvieron las pérdidas de Vida Tres (-$8.306 millones), y Esencial (-$2.528 millones). De esta forma, la única que logró ganancias fue Nueva Masvida, pues logró utilidades por $551 millones.
