El Banco Central publicó este jueves la minuta de su Reunión de Política Monetaria (RPM) de junio, en la que el Consejo,
, optó por mantener la tasa de interés en 11,25% en medio de la lucha por contener la alta inflación que azota a Chile.
En ese entonces, el ente rector detalló en su habitual comunicado de que
la decisión fue adoptada con los votos de la presidenta Rosanna Costa, además de los consejeros Alberto Naudon y Luis Felipe Céspedes. En tanto, el vicepresidente del BC, Pablo García, y la consejera Stephany Griffith-Jones se inclinaron por reducirla en 50 puntos base.
Y en la minuta publicada esta mañana el ente rector aborda los argumentos detrás de quienes prefirieron por aplicar un recorte de tasa el mes recién pasado. Esto, en momentos en que el mercado asume que la entidad relajará su política monetaria a fines de julio.
En cuanto a la evolución del escenario macroeconómico, se destacó que este "había evolucionado acorde con lo esperado y que, por tanto, la economía se iba acercando a un punto donde los datos indicaban que la convergencia a la meta de inflación se veía más consolidada. En ese contexto, se requeriría una política monetaria menos contractiva".
Hubo acuerdo además en que "este proceso de consolidación había avanzado positivamente en varios aspectos. La inflación total seguía descendiendo, incluso algo más de lo previsto".
Asimismo, se indicó que "la actividad marchaba según lo proyectado, lo que era coherente con un proceso de convergencia inflacionaria de acuerdo con lo esperado en el en el escenario central del IPoM".
Varios consejeros, eso sí, destacaron que, si bien se reducía el riesgo de una mayor persistencia inflacionaria, aún parecía anticipado descartarlo por completo. En su opinión, "no debía perderse de vista que la inflación permanecía en niveles elevados y que la reducción de la parte subyacente era menos marcada, lo que daba cuenta de que las presiones inflacionarias aún no se disipaban de manera significativa".
En ese contexto, se señaló que "de mantenerse estas tendencias, la TPM iniciaría un proceso de reducción en el corto plazo. La magnitud y temporalidad de dicho proceso tomaría en cuenta la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias para la trayectoria de la inflación".
Los argumentos
En el escenario central del Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio que había acordado el Consejo, el proceso de reducción se expresaba en recortes de la TPM del orden de 250 puntos base (pb) para fines de año.
Frente a esto, la minuta plantea que todos los consejeros consideraron plausibles las opciones de: mantener la TPM en 11,25%; reducir la TPM en 25 pb; mientras que algunos consejeros añadieron la opción de bajar la TPM en 50 pb.
En ese sentido, un consejero estimó que lo más adecuado era reducir la TPM en 50 pb, señalizando en el comunicado que en las próximas reuniones podrían darse movimientos similares, dependiendo de la información acumulada.
Mencionó que, dado el nivel de restricción actual de la política monetaria, creía dudoso que un movimiento de ese tipo se interpretara como un relajamiento de la política monetaria mayor que el considerado en el escenario central del IPoM. A juicio de este Consejero, "era más adecuada esta estrategia que una mantención con sesgo explícito a la baja, la que podía interpretarse como una anticipación de bajas muy agresivas de la TPM".
A su vez, varios consejeros concordaron en que la política monetaria debía seguir una trayectoria relativamente acorde con lo señalado con anterioridad. Bajo ese análisis, recalcaron que "mantener la TPM en esta reunión parecía la mejor alternativa, pues era congruente con la información acumulada y con la trayectoria prevista para la convergencia de la inflación".
"De mantenerse estas tendencias, la TPM iniciaría un proceso de reducción en el corto plazo. La magnitud y temporalidad de dicho proceso tomaría en cuenta la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias para la trayectoria de la inflación"
Banco Central
Con todo, ello no impedía que pudiera iniciarse un proceso de recorte en el corto plazo, si es que las condiciones actuales se mantenían. De hecho, uno de estos consejeros recordó que el corredor de TPM que contenía el IPoM de junio no exhibía ninguna trayectoria donde la TPM no comenzara a bajar antes de fin de año.
Por otro lado, a otro consejero "le parecía bastante elevado el riesgo de que la inflación disminuyera más que lo proyectado, incluso por debajo de la meta, acompañada posiblemente de una caída parcialmente innecesaria de la economía, la inversión y el empleo".
Añadió que "las expectativas de inflación habían descendido en todos los plazos e instrumentos, acercándose a las proyecciones del IPoM y a la meta de 3% a 2 años. Además, enfatizó que la significativa apreciación del peso desde octubre 2022 contribuía significativamente a la reducción de las presiones inflacionarias".
Luego, un consejero señaló que "una forma de evaluar la pertinencia de reducir la TPM en esta reunión era revisar si el proceso de consolidación se estaba dando o no y/o si la magnitud de los costos que estaba provocando el proceso de baja de inflación superaba lo previsto. Respecto de lo primero, era claro que había avances importantes en ese proceso. Respecto de lo segundo, era indudable que la economía estaba ajustándose".
Varios Consejeros recordaron que "el escenario central del IPoM consideraba una actividad económica por debajo del PIB potencial durante varios trimestres. Esta proyección se mantenía en términos similares desde hace varios Informes, pues se estimaba una condición necesaria para la solución al problema inflacionario".
En cambio, un Consejero añadió que "argumentar que la distribución de riesgos en materia de inflación se había ido balanceando era una descripción factual del estado de la macro. Al mismo tiempo, argüir que dicha distribución se había movido en la dirección de una caída más rápida de la inflación y de la actividad no tenía mucho sustento".
En su opinión, "dar la sensación de que un riesgo sobre el desempeño del ciclo económico era lo que comenzaba a guiar la política monetaria, podría poner en riesgo el fin último, que era la convergencia de la inflación al 3% en el horizonte de política de dos años".