El anuncio llegó el jueves en la mañana y, más tarde, fue confirmado por el presidente Alberto Fernández: Argentina entrará al grupo de los BRICS.
"Es un nuevo paso en la consolidación del país fraterno y abierto al mundo que siempre soñamos ser", celebró el mandatario trasandino a través de redes sociales.
El BRICS es un grupo de economías emergentes conformado por Brasil, Rusia, India, Sudáfrica y China. El bloque se reunió esta semana en su decimoquinta cumbre en la ciudad sudafricana de Johanesburgo. En la instancia se visó el ingreso de 6 nuevos países, entre ellos, Argentina.
La decisión no estuvo exenta de controversia en el país trasandino. Mientras el oficialismo se mostró conforme con el acuerdo, la oposición lanzó duras críticas. La candidata a la presidencia de Juntos por el Cambio (coalición de centro derecha), Patricia Bullrich, señaló en una exposición ante empresarios y ejecutivos estadounidenses que "nosotros creemos en un orden internacional basado en reglas para preservar la paz y el respeto del derecho internacional; Argentina bajo nuestro gobierno no va a estar en BRICS".El otro candidato opositor —el libertario Javier Milei— también se mostró en contra. "Nuestro alineamiento de geopolítica es Estados Unidos e Israel. Nosotros no nos vamos a alinear con comunistas", dijo.
Por ahora, la adhesión de Argentina al bloque se concretaría a partir de 1 de enero de 2024.
Ser parte del bloque de economías emergentes es una idea atractiva para varios. De hecho, hay unas 40 nacionales en la fila para entrar al grupo creado en 2009 y que representa casi un cuarto del PIB y un 42% de la población mundial.
Ahora bien, Chile no figura entre los interesados. Si bien desde Cancillería no se han pronunciado formalmente al respecto, iniciar conversaciones para entrar a lo BRICS no formaría parte de los planes y distintos expertos explicaron a Emol por qué no se trata de una alternativa de interés para el país.
Según el ex ministro de Relaciones Exteriores de Michelle Bachelet, Heraldo Muñoz, "los BRICS ya no son lo que fueron hace un par de décadas atrás. Hoy es un grupo menos horizontal y con un peso mayor innegable de China, superpotencia ascendente, y de India que le sigue de cerca".
"Es Beijing —dice— el que propuso más insistentemente ampliar el grupo, con lo cual se puede perfilar como una entidad multilateral con intereses bastante diversos, con el propósito subyacente de cuestionar el orden internacional liderado por EE.UU.".
El otrora jefe de la cancillería sostiene además que "no percibo un beneficio claro para Chile de una eventual integración a los BRICS. Más bien hay que consolidar la integración a grupos como la Alianza del Pacífico, el TPP11, y reforzar el multilateralismo desde organizaciones como la ONU".
Teodoro Ribera —ex canciller de Sebastián Piñera— tampoco cree que unirse a los BRICS sea una buena idea. Según explica, "la economía chilena tiene un alto nivel de inserción global. El ingreso de Chile al TPP-11 profundizó aún más esta vocación al vincularnos a un sistema comercial que ofrece a una economía de tamaño medio reglas más estables, equitativas, competitivas y transparentes".
Ribera subraya que "con India y China, Chile mantiene acuerdos comerciales de distinta naturaleza. Con India se firmó el Acuerdo de Alcance Parcial (AAP), suscrito en 2006, y vigente desde 2007, y con China el Tratado de Libre Comercio (TLC) vigente desde 2006 y modernizado en 2019".
En esa línea, destaca que "el BRICS no ofrece las garantías, transparencia ni reglas claras que, por ejemplo, si brinda el TPP-11".
Ángel Soto, académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de los Andes, coincide con lo señalado por Ribera. "Chile es una de las economías mas abiertas del mundo —plantea— y eso nos permite comercializar con todos. Desde el punto de vista económico no veo qué podría cambiar respecto del comercio que actualmente se hace con cualquiera de sus miembros".
"Es cierto —puntualiza— que los BRICS representan algo así como el 40% de la población mundial y un cuarto del PIB, pero es tan dispar su composición y no se hasta dónde sean capaces de tener intereses comunes".
Alejandro Weber, ex subsecretario de Hacienda de Sebastián Piñera y decano de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián, hace énfasis en los cuestionamientos que han surgido respecto de la decisión del país trasandino. Según señala, la decisión no es solo económica, sino política.
Al respecto, indica que "sobre la forma, se cuestiona que este anuncio se haga en periodo electoral. Y sobre el fondo, se cuestiona que algunos de los miembros del bloque estén en entredicho por el respeto a los derechos humanos y en constante pugna geopolítica con Occidente”.