Hace 15 años, Consuelo Miranda observaba cómo en su hogar en Viña del Mar se acumulaba ropa de forma innecesaria y en grandes volúmenes. Junto a su esposo Marcelo Santelices, ambos ya con dos hijas, notaban cómo esa cantidad de prendas seguía creciendo. Fue recién en 2021 cuando comenzaron a materializar una solución a este problema.
Ese año, Miranda se capacitó y estudió hasta obtener un Capital Abeja Emprende de Sercotec, lo que le permitió abrir un taller de costura. Sin embargo, pronto descubrieron que también en el taller se generaban muchos desechos textiles, ya que recibían ropa gratuitamente en una época sin contenedores específicos para acopiar prendas. La mayoría de estas entregas eran desechos textiles irrecuperables.
“Empezamos a mirar al extranjero qué innovaciones tenían para este tipo de desechos. Las máquinas eran muy caras, pero con el incendio de 2022 en Viña nos abrimos a trabajar con las autoridades. La gente nos empezó a conocer y ahí me di cuenta del tema de los ecobloques textiles”, recuerda la emprendedora. Fue así que, casi coincidentemente con ese percance, trajeron a Chile una máquina desfibradora con ayuda de Crece Sercotec, permitiéndoles convertir retazos en vellones textiles para los ecobloques, dando origen a Recicla2.
“Yo soy de Valparaíso de nacimiento y vemos este problema de los desechos textiles en las quebradas. Con esta opción de la desfibradora atacamos dos temas, las viviendas sociales y la contaminación textil. Las soluciones que había eran el hilado de Ecocitex y paneles. Nosotros aportamos una nueva solución a través del ecobloque, que refleja todos los valores que entrega el textil y es un producto al que le podemos dar la forma que queramos”.
Consuelo Miranda, fundadora Recila2
Tras el incendio de 2022, lograron trabajar con cinco toneladas de ropa proporcionada por el municipio de Viña del Mar, aunque no toda estaba en buenas condiciones para ser ofrecida a las familias damnificadas. En 2023, decidieron instalar contenedores en diferentes espacios para que la gente donara ordenadamente.
“Cuando uno dona un textil, no dona solamente un material, sino que traspasa una serie de emociones, ya sean las prendas de los hijos o de los familiares que ya partieron. En el mismo gesto de donar, se traspasan valores”, dijo Consuelo Miranda.
¿Cómo ha evolucionado?
Durante 2023, Recicla2 creció conforme aumentaba la demanda, obteniendo nuevas fuentes de financiamiento y respaldo, incluyendo el de la Fundación Buen Puerto, que los conectó con la Universidad Federico Santa María. Con su ayuda, trabajaron en la parte técnica del ecobloque y su certificación.
“El incendio de 2022 me llevó a conocer todo el ecosistema y el problema con el textil. Había conocido a Rocío Peters de Huila y a Catalina Herrera de Fundación Textil Circular. Lo más importante es que respetamos la circularidad de la prenda. Si está en buenas condiciones, no la reciclamos”, comenta Miranda, quien prefiere no usar el término “infrarreciclaje” por considerarlo peyorativo.
Los ecobloques, formados en un 90% por residuos textiles y un 10% por un aglomerador natural, se usan para hacer muebles y otros productos de decoración. El sueño de la emprendedora es que pronto se conviertan en una solución para construir viviendas sociales, por lo que están en proceso de investigación y certificación.
En 2023, Recicla2 ganó el primer lugar en el programa Te Quiero Valparaíso de la Fundación Buen Puerto en la categoría Medio Ambiente, recibiendo un premio de 3 millones de pesos y vinculándose con la USM para certificar los ecobloques para viviendas sociales.
“Todavía estamos viendo las mezclas adecuadas, promoviendo la propiedad ignífuga del producto. Enviamos muestras al IDIEM y esperamos tener este año los ecobloques certificados”, finalizó Miranda.