La democracia boliviana se estremeció la tarde de ayer, luego de que varios militares, movilizados en tanques, llegaran hasta la plaza Murillo, donde se ubica el Palacio Presidencial, en el centro de La Paz.
"El país hoy está enfrentando un intento de Golpe de Estado", dijo el Presidente de Bolivia, Luis Arce, tras constatar lo que personal del Ejército intentaba contra su Gobierno. Asimismo, hizo un llamado a que "el pueblo se organice y se movilice en contra del golpe de estado en favor de la democracia". Finalmente la movilización se desactivó y el general que lideró el levantamiento, Juan José Zúñiga, fue detenido.
La irrupción de los militares escabezada por destituido comandante general puso a Bolivia en el centro del mapa internacional, un país que desde hace meses pasa por una delicada situación económica que ha alimentado el descontento social, y que tiene como protagonistas la escasez de dólares y el aumento de los precios en la canasta básica.
Escacez, restricciones y mercado negro
La incertidumbre en la provisión de combustible, la escasez de dólares y el alza de los precios de los alimentos generaron descontento en parte de la ciudadanía.
El gobierno de Arce, no obstante, negó, en los últimos días una "crisis económica estructural" y ordenó medidas paliativas para luchar contra la "especulación" y el "contrabando".
En relación a la falta de combustible, el gobierno de ese país la atribuyó al "contrabando hormiga" desde Bolivia hacia Argentina y Perú, donde se puede vender al doble de su valor y en dólares.
Hace algunas semanas, y con el objetivo de frenar dichas acciones, Arce ordenó operativos militares para vigilar las estaciones de servicio. Pero además, empecinado en combatir la escasez, viajó a Rusia para reunirse con Vladimir Putin, con quien habría negociado un acuerdo para comprar diesel.
"Se está solicitando al Presidente Putin hacer gestiones como un país perteneciente a la OPEP para que se nos pueda vender petróleo, diésel, y no necesariamente tiene que ser de origen ruso, tendría que verse la posibilidad de que esas gestiones sean con otros países que tienen estos recursos", explicó el martes el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro.
A la situación del combustible se suma (y se entrelaza) la del dólar. Y es que los sectores importadores, transportistas y comerciantes han tenido dificultades para hacerse con la divisa. Esto, estaría dificultando la operación de algunos negocios, lo que ha generado irritación.
La situación llevó, hace un mes, a que varios de estos sectores se movilizaran, con protestas y bloqueos de carreteras. El objetivo era pedir una solución efectiva.
El esenario se arrastra desde el año pasado. Y el gobierno ha intentado buscar soluciones, como la venta directa a través del ente emisor y la emisión de bonos por parte del BCB.
El problema se sitúa como una de los factores sobre los que erigen los demás elementos de la crisis. Y es que del récord de US$15.122 millones que alcanzó el país en sus reservas en 2014, el Banco Central registra hoy apenas US$1.796.
Según algunos economistas, se trata de un problema estructural del modelo económico del izquierdista Movimiento al Socialismo (MAS).
El alza en los precios de los alimentos es el otro factor que preocupa a la ciudadanía (y también al Gobierno). El tomate, por ejemplo, subió un 70% en las últimas semanas. Otros productos de primera necesidad como el arroz y el azucar también han sufrido alzas considerables.
El Ejecutivo, en todo caso, ha atribuido las subidas a un factor especulativo, así como a una "inflación importada" desde Argentina. Con el objetivo de contrarrestar las violentas subidas, se han implementado mercados callejeros a precio controlado o "justo". Son las denominadas ferias "Del campo a la olla".
El viceministro de Política Tributaria, Jhonny Morales, aseguró que las alzas fueron puntuales y descartó un precio hiperinflacionario, como han apuntado en la oposición, trayendo a colación la inflación de 8.000% que se vivió en 1985.
El Presidente Arce ha señalado, incluso, que algunas alzas se deben al cambio climático.
Cabe destacar que según el Banco Central de Bolivia, la inflación a 12 meses hasta mayo fue de 3,52%.
Factor protestas
La trama económica ha tenido como resultado protestas de distintos sectores. En el último mes uno de los grupos que más se ha hecho notar es el de los transportistas, que ha llegado incluso a organizar bloqueos. Su princial demanda es la disponibilidad de combustible.
En Santa Cruz, a mediados de mes, en tanto, hubo manifestaciones e incluso llamados a "cacerolear", debido al alza en los precios de los alimentos.
Mientras los comerciantes también organizó bloqueos, además de una marcha "hacia La Paz".
Esta misma semana el Presidente Luis Arce se reunió con dirigentes del transporte pesado, que querían iniciar hoy jueves una huelga nacional.
