Taiwán y su predominio en la fabricación de chips: Cómo las limitaciones energéticas suponen su mayor amenaza
El lento avance de las energías renovables y la dependencia de combustibles fósiles importados, ponen a la isla en un lugar delicado cuando la demanda se multiplica ante por el boom de la inteligencia artificial.
Taiwán, hogar de los mayores fabricantes de semiconductores del mundo, aspira a convertirse en uno de los "centros neurálgicos" del desarrollo de la inteligencia artificial (IA), ¿pero tiene suficiente capacidad como para absorber la creciente demanda global de chips?
Esa pregunta tiene una respuesta incierta: Taiwán cuenta con las capacidades técnicas para producir los semiconductores más avanzados del mercado, pero sus múltiples desafíos en materia energética siembran dudas en torno al futuro de su modelo productivo.
La isla, eso sí, lleva "mucho tiempo preparándose" para este desafío, especialmente por su histórica relación con las compañías que lideran la carrera de los chips de IA, como Nvidia y AMD, señala Alicia García-Herrero, economista jefe para Asia-Pacífico del banco de inversión Natixis.
"Creo que Taiwán se va a convertir en un centro neurálgico del hardware de la inteligencia artificial, replicando lo que ocurrió con los semiconductores en la anterior revolución, la de los ordenadores, las tablets y todo lo que nos ha permitido sacar el máximo provecho de internet", afirma García-Herrero a EFE.
Una cadena de suministro clave
Los fabricantes de semiconductores han desarrollado chips cada vez más pequeños, a medida que los computadores, teléfonos móviles y centros de datos se hacían más complejos.
Estos chips, algunos compuestos por nodos de tan solo tres nanómetros, son necesarios para ejecutar las aplicaciones de inteligencia artificial más avanzadas.
Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) es líder absoluto, con el 60% del mercado global de semiconductores.
Algunos de sus clientes principales son Nvidia, AMD, Apple y Qualcomm.
Logo de TSMC en Hsinchu, Taiwán. | EFE
TSMC está construyendo dos nuevas plantas en Hsinchu y Kaohsiung para fabricar chips de dos nanómetros a partir de 2025.
"Podemos construir cosas muy complicadas en un volumen muy alto y a una velocidad muy alta con TSMC (...). Esto no es normal y no se le puede pedir (a otra empresa) que lo haga", aseguró a principios de junio el consejero delegado de Nvidia, Jensen Huang, sobre TSMC.
El valor de mercado de TSMC se ha disparado un 65% en lo que va de año gracias al auge de la IA.
Las dudas energéticas
Las nuevas fábricas requieren grandes cantidades de energía para operar normalmente.
En este punto, Taiwán no estaría haciendo los deberes correctamente.
Taiwán depende en exceso de la importación de combustibles fósiles y tiene un desarrollo insuficiente en renovables (9,5% del total de generación eléctrica).
La amenaza de un bloqueo de China, podría afectar el suministro energético por mar.
A esto se suma el compromiso del Partido Democrático Progresista (PDP) de cerrar la última planta nuclear activa en Taiwán en 2024.
Algunos expertos ven con recelo esta medida, debido a las escasas alternativas para la isla.
Planta nuclear de Maanshan en Taiwán. | Wikimedia
Según García-Herrero, lograr el objetivo energético de Taiwán "va a ser imposible" si es que no se replantea el cierre de su planta nuclear y no avanza más rápido en renovables.
La isla vio aumentar el consumo de electricidad (15% entre 2013 y 2023), principalmente impulsado por fabricantes de semiconductores como TSMC.
Según proyecciones de Greenpeace, el gasto eléctrico de TSMC va camino de incrementarse un 267% para 2030, el mayor salto entre todas las compañías de chips de Asia Oriental.
Tung Tzu-hsien, asesor presidencial para cambio climático, sugiere que la energía nuclear debería representar el 30% del total de Taiwán (actualmente es 6,3%).
Escaso tamaño de la isla dificulta la instalación masiva de paneles solares u otras fuentes renovables.
Las garantías al sector
El Presidente taiwanés William Lai promete un "suministro de energía estable" para convertir a Taiwán en una "isla de IA".
El gobierno confía en que la capacidad de generación eléctrica será suficiente hasta al menos 2028.
Esto permitiría cubrir las necesidades de la demanda de las fábricas de chips y los centros de computación de IA.
William Lai, Presidente de Taiwán. | EFE
Las empresas de semiconductores han optado por acelerar su expansión internacional, lo que es una "estrategia acertada" para las empresas y para Taiwán, según García-Herrero.
TSMC expande operaciones en EE.UU. y Japón, no por geopolítica, sino por interés debido a limitaciones en Taiwán.