Varios actores del mercado aeronáutico colombiano y del sector de comercialización de combustible venían advirtiendo de un problema desde hace varios días: la escasez de gasolina para aviones comerciales en ese país, una alerta que fue creciendo como una bola de nieve y gatilló ayer un episodio de alta tensión entre el gobierno de Gustavo Petro y el sector privado, con empresas chilenas involucradas.
Es que la situación generó complicaciones en distintos frentes para el país y los viajeros, provocando criticas cruzadas entre el ejecutivo colombiano, la Aeronáutica Civil de Colombia (Aerocivil) y las aerolíneas, como la de origen chileno Latam. Por no solo ellos, pues la administración de Petro también apuntó duramente en contra de Terpel, la principal comercializadora de combustible de avión en ese país y propiedad de la chilena Copec.
En medio de la emergencia, las dos principales aerolíneas que operan en Colombia, Avianca y Latam, cancelaron ayer decenas de vuelos. La medida, según señaló Latam, obedeció a "las restricciones de abastecimiento de combustible de aviación Jet A1 en algunos aeropuertos", luego de una falla en una refinería, puntualmente por un apagón unos días antes en la Refinería de Cartagena.
Mientras que Avianca acusó horas antes "preocupación" por la restricción inmediata en el abastecimiento de algunos aeropuertos" y anticipó "ajustes en itinerarios".
Sin embargo, Aerocivil -el regulador aeronáutico colombiano subordinado al Ministerio de Transporte de ese país- golpeó la mesa. "No serán aceptadas cancelaciones de vuelos atribuidas a esa circunstancia", sostuvo la entidad ayer en su cuenta de X. "Hay en el país existencias de combustible Jet A1 en la cadena mayorista y a disposición de los aeropuertos, para soportar la operación", agregó.
Sumado a esto, pidieron a los usuarios que informen de vuelos cancelados a la Superintendencia de Transporte.
Ante esta advertencia, ambas aerolíneas, Avianca y Latam, aclararon hacia finales de la tarde de ayer que los proveedores de combustible les notificaron la normalización en el suministro en todas las terminales aéreas, por lo que harían lo mismo con sus vuelos.
"Latam Airlines podrá retomar su operación normal para lo que resta del mes a partir del miércoles 28 de agosto. En cualquier caso, la compañía continuará monitoreando el estado de inventario de sus distribuidores", señaló Santiago Álvarez, director ejecutivo de la aerolínea en Colombia, según una declaración recogida por el medio El Tiempo.
Antes del rayado de cancha de Aerocivil, el presidente Gustavo Petro, había apuntado sus dardos en contra de Terpel, de Empresas Copec, asegurando que la contingencia relacionada al combustible era responsabilidad de esa empresa y no por el apagón en la mencionada refinería.
A través de su cuenta en la red social X, el jefe de Estado colombiano afirmó que la empresa no había cumplido con la entrega adecuada del combustible a las aerolíneas, a pesar de haber recibido cantidades suficientes.
"Se han entregado las cantidades de gasolina de manera apropiada y no hay razón para un desabastecimiento del mercado", aseguró el Mandatario, quien además anunció investigaciones por parte de los reguladores del mercado.
Terpel, por su parte, en la misma línea que las aerolíneas, justificó la situación alegando problemas en la Refinería de Cartagena, operada por Ecopetrol. Según la empresa, una "falla eléctrica" en esa refinería entre el 16 y el 18 de agosto había limitado la producción, lo que les obligó a reducir sus entregas de combustible al 85% de lo pactado.
Sin embargo, la versión de Ecopetrol indicó que la refinería fue reparada a tiempo y que el suministro debería haber sido suficiente para cubrir la demanda.
De todas formas, la situación afectó a miles de viajeros. Solo Latam había cancelado 36 vuelos programados para hoy.
Según la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), los distribuidores suspendieron el suministro de combustible en 11 terminales y emitieron alertas en otras tantas por "inventarios críticos". Ante la gravedad de la situación, Ecopetrol anunció la importación de 100.000 barriles de combustible para la aviación, que llegarán al país el próximo fin de semana.
Aunque esta medida busca estabilizar el suministro, podría implicar un aumento en los precios de los pasajes, según indicó el Ministerio de Transporte.
De todas formas, la situación parece haber sido controlada, con las aerolíneas reanudando sus operaciones normales, aunque aún quedan pendientes las investigaciones anunciadas por el Presidente Petro. Estas determinarán si hubo una gestión inadecuada por parte de Terpel o si, como sostiene la empresa, las limitaciones técnicas y operacionales impuestas por la falla en Reficar justifican la reducción en el suministro.