Esta semana el Gobierno se anotó un triunfo con la aprobación del proyecto de cumplimiento de las obligaciones tributarias en el Congreso, que quedó listo para ser despachado a ley. La iniciativa busca combatir la evasión y elusión tributaria. Para ello, establece una serie de medidas, entre las que se encuentra una que ha generado ruido: el fin de la exención del IVA a las importaciones de hasta US$41.
Hasta hoy, al hacer compras por ese monto o uno menor en plataformas internacionales como Shein, Temu o AliExpress, no hay que pagar IVA -impuesto de 19%-, ni arancel aduanero, de 6%. A partir de la entrada en vigencia de la nueva normativa, no obstante, eso cambiará. Habrá que considerar los gravámenes, lo que implicará un alza en los precios.
De esta manera, un producto adquirido en cualquiera de esas plataformas que hoy se puede conseguir, por ejemplo, por US$20, subirá en concordancia con los dos nuevos impuestos que se comenzarán a cobrar.
Si bien, en una primera aproximación, muchos han considerado la nueva medida como negativa, expertos recalcan que hay beneficios y perjuicios. El comercio local -destacan- podrá competir con mayor justicia, y se reducirá la informalidad. No obstante, para quienes están acostumbrados a adquirir productos en el extranjero -por menos de US$41- habrá un efecto en el bolsillo. E incluso en sus eventuales emprendimientos.
Los beneficios
El ministro de Hacienda, Mario Marcel, fue el primero en salir a defender la nueva normativa, el mismo día en que la Cámara de Diputados visó el proyecto antievasión. "En Chile existe una exención, que se aplica tanto al IVA como a los aranceles, tal que, para las compras por valor inferior a los US$41 no se pagan impuestos", explicó.
"Esta es una norma inequitativa respecto de los productores locales -continuó-, porque quien vende en Chile, sí tiene que pagar IVA, quien compra a un productor nacional, sí tiene que pagar IVA, aunque se trate de una compra de bajo valor. La existencia de esta exención ha generado que haya millones de transacciones que, justamente, se ubican bajo ese valor".
Los expertos coinciden con la mirada del jefe de la billetera fiscal sobre este asunto. Para Tomás Flores, economista de Libertad y Desarrollo, la exención genera una "distorsión en la facturación" e implica una "competencia desleal para el comercio nacional, por lo cual es correcta su eliminación".
La misma postura es la que defiende
Leonardo Rivas , académico de la facultad de Administración y Negocios de la Universidad Autónoma. Según explica, un beneficio de esta norma es
"una mayor equidad tributaria entre productos locales e importados, lo que favorece a los comerciantes y emprendedores locales".
El hecho de que se avance hacia una competencia más justa no es, en todo caso, el único beneficio que destacan los expertos sobre la aplicación de la medida. Esto, porque también prevén una mayor posibilidad de que muchos de quienes hoy comercian informalmente legalicen sus actividades.
Carlos Smith, docente del CIES-UDD, lo explica: "Se podría ver un incentivo fuerte a la formalización y al comercio más justo, en términos de competir de mejor manera con los locales establecidos (...) Cómo ya van a estar pagando más IVA, podría haber algún incentivo para formalizarse, y eso es bueno para la economía".
Nicolás Román, académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de los Andes, también enfatiza aquello. "Lo que se debiera esperar es un impacto positivo en ventas locales del comercio minorista, por la disminución de las ventas informales de quienes compraban exentos de IVA y revendían", sostiene.
Los perjuicios
Pero no todo es color rosa. Entre los expertos también reconocen las dimensiones negativas que traería la aplicación de la nueva normativa. "Tiene impacto negativo en los compradores de productos desde el exterior por plataformas, cuando son montos menores a US$41 (cerca de $36.000), aumentando el costo en un 19%. El aumento no es sólo el costo del producto sino el de todos los costos asociados a tener el producto disponible en su casa", explica Román.
Rivas, de la Universidad Autónoma, también pone el énfasis ahí. "Los principales perjuicios para los consumidores son el aumento en el costo de las compras en plataformas como Shein o Aliexpress debido al IVA y aranceles aplicados, lo que podría reducir su capacidad y conducta de compra y limitar el acceso a productos más económicos", asevera. Esto, añade, podría "desencadenar en un aumento de precios de manera indirecta en este tipo de productos a nivel local".
Por último, explica que "si el costo total de la compra sube por los nuevos impuestos, aquellos con una mayor sensibilidad al precio podrían reducir su frecuencia de compras o buscar alternativas locales. Esto podría provocar una caída no menor en el volumen de importaciones, lo que podría limitar el efecto esperado de la medida sobre la recaudación fiscal".
José Uribe, académico Facultad de Economía y Gobierno de la USS, en tanto, explica que "si tenemos en cuenta a los microempresarios, que quizás compran cosas hacia afuera, para después venderlas en Chile, y que con esos ganen un sueldo, a ellos sí les va a afectar".
Así, indica que "al ciudadano de a pie no le va a afectar, pero para el productor , que sí ocupaba esto como beneficio positivamente, le va a afectar. Puede que tenga que vender a un precio más caro".