Desde que la semana pasada se presentó el proyecto que crea el nuevo Financiamiento de la Educación Superior (FES) y termina con el Crédito con Aval del Estado (CAE), surgió el debate de que con el nuevo sistema se crearía una especie de impuesto a graduados o un tributo adicional a la renta. A partir del análisis realizado al proyecto de ley del Ejecutivo y datos oficiales, el centro de estudios Horizontal concluye que el esquema de contribución al FES provocaría que el 37% de la matrícula universitaria elegible para el FES -casi 190 mil personas- pagaría más que el costo de su carrera. "Es decir, pagarían un impuesto", afirma Santiago Montiel, autor del informe del think tank ligado a Evópoli. Este mayor desembolso se acentúa en carreras como medicina y en algunas menciones de ingeniería civil, donde un 75% de la matrícula terminará retribuyendo al fisco por encima del costo de la carrera. En paralelo, ayer, durante un seminario organizado por Clapes UC, el economista Carlos Williamson expuso sus cálculos y con conclusiones similares. Williamson sostuvo que, en el caso de las carreras que duran cinco años, los estudiantes pagarán su deuda durante 20 años. "Si debe $10 millones, terminará pagando $30,2 millones; es decir, más de tres veces ese monto". Aquella consecuencia se activaría para aquellos egresados que ganen $1,8 millones.